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lunes, 16 de febrero de 2015

Crítica: obra "El primer secreto de Francisca y Raimundo"

El amor verdadero nunca muere

 
PAULA OLVERA – El 14 de enero se estrenó en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid la historia de un amor imposible. Se trata de “El primer secreto de Francisca y Raimundo”, la adaptación al teatro de la exitosa serie de Antena 3 “El secreto de Puente Viejo”. La obra, que cuenta con la participación de seis actores, descubre a los asistentes los verdaderos motivos que llevaron a Francisca Montenegro y Raimundo Ulloa a continuar sus vidas por caminos diferentes. Para ello, la función se remonta a la juventud de ambos, cuando estaban muy enamorados. Esta precuela de la serie que dura 90 minutos es dirigida por Juan Carlos Rubio y está recomendada a todos los que creen en los amores verdaderos, aquellos que permanecen vivos aunque pase el tiempo.



A pesar de la crisis, de la subida del IVA cultural y de todos los impedimentos que nos podamos imaginar, los teatros siguen llenándose, aunque haga frío o llueva. Esto se puede apreciar en el Teatro Nuevo Apolo situado en la emblemática Plaza de Tirso de Molina, que en la actualidad mantiene obras en cartel de gran calidad que están recibiendo un envidiable éxito. Entre ellas cabe destacar Los Morancos “En positivo 2” y “50 sombras! El Musical” el cual está basado en la novela erótica más influyente de todos los tiempos. En el teatro no es nueva esta idea de adaptación de textos que provienen del cine, la literatura o la ficción. Por ello, en el Nuevo Apolo también nos encontramos con una obra que se está haciendo un hueco y creando un nombre por mérito propio: “El primer secreto de Francisca y Raimundo”.



La obra, dirigida por Juan Carlos Rubio, es una adaptación de la serie de televisión “El secreto de Puente Viejo” que ameniza la sobremesa de Antena 3 desde febrero del año 2011. Durante una hora y media los espectadores podrán sumergirse en este ajuste teatral acerca de Francisca Montenegro y Raimundo Ulloa, cuyos homólogos en televisión son interpretados por María Bouzas y Ramón Ibarra, que cedieron, a medida que avanzaba la trama, parte de su protagonismo a Pepa (Megan Montaner) y Tristán (Álex Gadea).


“El primer secreto de Francisca y Raimundo” fue estrenada en el Teatro Calderón de Valladolid el 9 de octubre del pasado año y, tras pasar por provincias como Ávila, Valencia, Albacete o Murcia, por fin el 14 de enero llegó a la capital para seguir cosechando un gran éxito en esta nueva parada de su gira nacional. En la premier madrileña no faltaron los actores de la serie de Antena 3 que quisieron apoyar a sus compañeros de teatro. Así, se pudieron encontrar rostros tan conocidos para los espectadores como el de Loreto Mauleón, Maribel Ripoll, Selu Nieto o Carlos Serrano, entre otros.

La obra se remonta a la juventud de los dos principales protagonistas de la serie de televisión, descubriéndonos otra cara de los personajes, sobre todo de Francisca Montenegro. La pareja está realmente enamorada y transmite a los espectadores esa sensación de cosquilleo en el estómago que se produce cuando se está iniciando una relación. Lamentablemente, una terrible circunstancia les obliga a romper su compromiso y este grave hecho, hasta ahora desconocido por el público de la serie, será el que marque la relación de Francisca y Raimundo, un tira y afloja continuo caracterizado por el odio, la crueldad y el rencor. Así, esta obra nos permitirá entender que muchas de las acciones que se toman en la vida se producen por despecho, ya que quien nos rompe el corazón una vez no será bien recibido posteriormente.


La historia nos permite también reflexionar sobre un hecho que años atrás se convirtió en la tónica de muchas familias: decidir con quién debían casarse los hijos. De esta manera, los progenitores se convertían en los dueños y señores de la voluntad de sus consanguíneos, anulando los sentimientos que pudieran tener. Por norma general los enamorados siempre han luchado por mantener su relación aunque fuera en la distancia, como en parte les ocurrió a Francisca y Raimundo que batallaron por su amor a través de promesas, aunque sus respectivas familias no oficializaran su relación.


La obra también refleja el papel que juega el dinero y la codicia frente a la bondad y el camino hacia los sueños de una pareja con sentimientos puros. Sentimientos que por otra parte llevan a muchos a romper su relación, ya que cuando quieres a alguien de verdad hay que adaptarse a la felicidad de la otra persona, incluso si la decisión es contraria a tu propio bienestar. En este caso nos referimos a personas que se corresponden, aunque también existen las historias de todos aquellos que tienen que renunciar a su amor porque no siente lo mismo y lo único que pueden hacer es resignarse a dejarlo escapar. En cualquiera de los casos lo importante es que nos encontramos con amores verdaderos que son capaces de iluminar los caminos más oscuros y plantar cara al miedo, a la desesperanza y a la hipocresía de una sociedad que ha vendido sus principales valores.


Este drama contemporáneo ambientado en la España de finales del siglo XIX bien podría recordarnos, salvando siempre las distancias, al que en su día escribió William Shakespeare, “Romeo y Julieta”. En ambos el amor lo inunda todo y conduce a la tragedia. Este monotema que guiará la acción de la obra permite que los espectadores la sientan cercana, ya que todos hemos experimentado alguna vez la frustración de querer estar con alguien y no poder.


Respecto a la interpretación de los actores, destaca el papel de los protagonistas que son los que ejercen un mayor peso en la función por su desgarradora historia. Susana Abaitua y Carlos Serrano-Clark son los encargados de mantener la intensidad de la obra y lo consiguen en la mayor parte de su puesta en escena. Nos encontramos con dos actores jóvenes, pero con mucho talento, aunque quizás en algunas ocasiones no consiguen traspasar a las butacas su sufrimiento y pierden la fuerza interpretativa. No obstante, esto se ve subsanado por la aparición del resto del elenco, hasta un total de seis personajes que conformarán esta dinámica historia.


Durante toda la obra se juega con la iluminación diseñada por J. Manuel Guerra y la música que es dirigida por Álex Conrado. La escenografía es correcta, aunque quizás conduce a la distracción del espectador ya que se mantienen una serie de elementos fijos en el escenario aunque no se utilicen. Éstos pueden concentrar la atención de los asistentes, de la misma forma que cuando se producen los cambios de elementos por los propios actores. En esta puesta en escena cabe resaltar el vestuario, diseñado por Elena Regadera, que nos traslada directamente a la época en la que se está narrando la historia. Esta narración es apoyada por un elemento visual que sorprende a los espectadores una vez que se sientan en sus butacas y que les trasladará directamente a la serie “El secreto de Puente Viejo”.


Esta serie triunfa en España y en cada uno de los países en los que ha sido estrenada por su hilarante historia que está rodeada de misterio, amor y un toque de humor, esencia que incorporan las mejores telenovelas. El éxito de la serie es más que evidente ya que el pasado 2 de febrero se cumplió el capítulo número 1000, que demuestra la buena acogida que ha recibido por los espectadores y el buen share que tiene en audiencias. Sin duda, la serie es más que rentable. Puede que la precuela escénica se entienda como un aprovechamiento de la rentabilidad televisiva, pero lo cierto es que sobre las tablas se representa otra historia totalmente distinta que conectará con nuevos espectadores y que incluso los animará a seguir la serie. De hecho, Juan Carlos Rubio entiende este proyecto como “una obra concebida no solo para los millones de seguidores de la serie, sino también para otros nuevos espectadores que conectaran con la vida de estos emblemáticos personajes que atesoran más de un inconfesable secreto”. De esta manera, para los fieles e incondicionales de “El secreto de Puente Viejo” la obra será un añadido al espectáculo televisivo que les permitirá descubrir una historia hasta ahora inédita, mientras que para el público que apuesta por primera vez por este contenido teatral se tornará como una oportunidad de seguir una historia que ya comparte un elevado número de seguidores.

Los guionistas de la serie, Aurora Guerra, Miguel Peidró y Josep Cister Rubio, han acertado con esta producción ya que se trata de una historia bien construida que sabe manejar la tensión y el ritmo, dejándose llevar por diálogos de indiscutible calidad cuyo lenguaje está basado en una época que nada tiene que ver con la actual.


Por menos de veinte euros el público podrá hacerse con una entrada para uno de los cuatro días en los que se representa la función. Cabe destacar que la del domingo es especial, una sesión adaptada a personas con discapacidad auditiva a través del subtitulado. Esta iniciativa es digna de agradecer ya que rompe las barreras permitiendo que todo el mundo pueda acceder a los contenidos y compartir cultura.


El primer secreto del que habla la obra se convierte en un punto de inflexión que marca el modo de visionar la serie y también nuestras propias vidas una vez abandonemos el teatro. Esta confesión solo puede ser revelada en la sala, así que os recomiendo que compréis una bolsa de palomitas de las que venden en la entrada del espacio teatral y os dispongáis a descubrir una de las historias de amor más bonitas de los últimos tiempos. Y hasta aquí se puede contar. Es preferible que todos guardemos el secreto para que las butacas sigan ocupándose.

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