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miércoles, 17 de octubre de 2018

Crítica: “El Médico, El Musical”

¿Cuántos desiertos has cruzado para cumplir tus sueños?



PAULA OLVERA.- Un nuevo espectáculo musical, basado en la novela “El Médico” de Noah Gordon se ha estrenado mundialmente en el Teatro Nuevo Apolo. El éxito está asegurado si tenemos en cuenta que desde su publicación en 1986 el best-seller ha sido divulgado en más de 30 países y se han vendido más de 10 millones de ejemplares. Además 5,4 millones de espectadores han disfrutado de la adaptación de la historia a la gran pantalla. El texto ilustra la histórica controversia entre religión y ciencia a la vez que reivindica la convivencia entre las distintas culturas mediante unos personajes muy variopintos interpretados por un elenco que da muestras de versatilidad constantemente. Pasad y disfrutad de este viaje por el mundo acompañando a Rob Jeremy Cole a cumplir sus sueños.

Esta misma semana, antes del estreno mundial de este 17 de octubre, se produjo la primera toma de contacto de “El Médico, El Musical” con la prensa especializada que pudimos apreciar números musicales increíbles. Fue una sorpresa también localizar en las butacas a los elencos del resto de musicales que hay actualmente en la cartelera madrileña. Al fin y al cabo el teatro es sinónimo de equipo y el apoyo entre las compañías es esencial.

El proyecto teatral “El Médico, El Musical” es 100% andaluz ya que nació de la mano del compositor y pianista Iván Macías y del escritor Félix Amador que empezaron a trabajar en el desarrollo de la idea en mayo de 2016. Se trata por tanto de un espectáculo nacido en España, pero con vocación internacional debido a la enorme calidad de la representación donde se mantiene intacta la esencia de la novela de Noah Gordon que previamente ha cautivado a millones de lectores. Eso sí, sería conveniente para su exportación algún recorte ya que la función se alarga durante casi tres horas.

El espectáculo está formado por una orquesta sinfónica brillante de 20 músicos que ponen a prueba todos nuestros sentidos con instrumentos como el violín, el contrabajo, el oboe, la trompeta, el trombón y los teclados. Asimismo, la función está conformada por 33 actores y cantantes destacados del teatro musical, entre los que sobresale el elenco infantil con voces auténticamente angelicales.

Entre los profesionales adultos resalta Adrián Salzedo, quien interpreta a Rob Jeremy Cole, demostrando todo su poderío vocal y su vocalización impecable. Este actor de 27 años ha participado en musicales del calibre de “Aladín, un musical genial” y “Dirty Dancing”, además de ser el coprotagonista de la película de Disney “Tini: El gran cambio de Violetta”. No obstante, tan complicada es su labor protagónica como la de varios actores de la representación que tienen más de un papel en la función. Este trabajo supone un reto interpretativo extra a la hora de dar credibilidad a personajes que a veces son totalmente opuestos.

A esta gran superproducción también se han unido nombres reconocidos como Lorenzo Caprile como diseñador de vestuario, en una representación donde hay 250 cambios, y Jorge Blass como responsable de los efectos de magia del espectáculo. Por tanto el primero de ellos es el encargado de sorprender a los espectadores con los atuendos de los personajes, con las texturas y los colores de las túnicas, mitras y tiaras que dotan de realismo a esta increíble historia, mientras que el segundo tiene la misión de transmitir la ilusión a través de la magia, esa técnica secreta que permanece oculta a ojos de los asistentes quienes únicamente aprecian el efecto en el montaje.

Por su parte, el responsable de que la iluminación le otorgue sentido a este viaje es Luis Perdiguero quien consigue la coloración perfecta para el claro desierto, para el brillante palacio ubicado en una región histórica de Oriente Medio, así como para la escuela de medicina de Avicena. Este juego de matices se percibe como una fiesta a la diversidad cultural que centra la obra porque, al fin y al cabo, los seres humanos somos iguales a pesar de las diferencias culturales que tienden a separarnos.

La puesta en escena de “El Médico, El Musical” es mágica y hace viajar a los espectadores por varios países sin moverse de la butaca. Así, la historia comienza en el Londres del siglo XI y continúa hasta Persia, concretamente a la ciudad de Isfahán, reflejando la diversidad armónica entre la música europea, judía y árabe. Los ojos del público hacen chiribitas especialmente con la escenografía giratoria de más de 11 metros de diámetro que se ha preparado para esta función y que otorga una sensación de amplitud sobre las tablas. Esta decoración tan peculiar provoca que los actores tengan muy en cuenta su posición a cada paso, ya que los espectadores perciben esa sensación de movimiento intermitente, es como una coreografía constante de dos horas en la que cualquier detalle está más medido de lo que parece y donde cada nota de música dibuja un movimiento.

“El Médico, El Musical” es una obra cargada de emociones, una historia de conocimiento, religión y amor donde el protagonista acaba rompiendo las reglas y saltándose algunas leyes de la época con tal de avanzar y ayudar a la humanidad. Y es que Rob Jeremy Cole tenía un don que cambió la historia y que le permitía predecir la muerte.

Este ambicioso proyecto teatral, de más de cuatro millones de euros de presupuesto, nos acerca a este personaje desde la infancia en el momento que queda huérfano y es adoptado como aprendiz por un cirujano barbero. Precisamente Barber, interpretado por Joseán Moreno, es uno de los personajes más aplaudidos al final de la función, un papel muy peculiar que aporta ilusionismo en el primer acto de la representación porque transmite a Rob la curiosidad por aprender y le ayuda a sobrevivir.

El protagonista emprende un nuevo rumbo en su vida cuando conoce a un judío que le habla de Avicena, interpretado por Ricardo Truchado, el mejor médico de la época. Para dar con él tendrá que recorrer medio mundo hasta llegar a Persia y cumplir su sueño de convertirse en médico. Pero nada será fácil para Rob en Isfahán, donde se hace pasar por judío y oculta que realmente es cristiano.

En la vida del joven protagonista se cruza Mary, encarnada por la magistral Sofía Escobar, una escocesa a la que conoce en el desierto y que será su verdadero amor. Su pasión por la medicina no conocerá límites aunque para ello tenga que enfrentarse el Sha de Persia, un rey déspota que buscará poseer a su conquistada.

El fin de la representación es muy especial ya que se cierre con un epílogo donde se explica brevemente a los espectadores qué es de la vida de los protagonistas que les han acompañado durante el espectáculo musical unos años después. Un broche perfecto a una función que te deja sin palabras.

Aviso para navegantes: a partir de hoy vuestro entorno hablará de esta experiencia única que hasta supera las expectativas de los espectadores teatrales más críticos. ¿Os vais a perder el estreno más importante de la temporada?

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