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domingo, 21 de octubre de 2018

Crítica: obra “Alta seducción”

El arte de la seducción


PAULA OLVERA- El 19 de septiembre de 2017 se estrenó en el Teatro Amaya de Madrid la obra “Alta seducción” que, más de un año después, sigue haciendo las delicias del público. Arturo Fernández y Carmen del Valle protagonizan esta comedia que María Manuela Reina escribió para el actor y donde precisamente los espectadores decidirán si el eterno galán triunfa en esta ocasión en el juego de seducir. La función se representa los miércoles, jueves y sábados a las 19 horas, los viernes a las 20 horas y los domingos a las 17:30 horas por un módico precio ya que las entradas oscilan entre los 17 y los 29 euros. Nos encontramos ante un texto inteligente, ágil y divertido que no sólo entretiene sino que ayuda a reflexionar sobre las bases para establecer una relación de pareja sana.

El Teatro Amaya, ubicado en Paseo del General Martínez Campos 9, acoge la representación “Alta seducción” que se estrenó hace algo más de dos décadas en el Teatro Reina Victoria de Madrid con el propio Arturo Fernández compartiendo escenario con Carla Duval, fallecida en 2010, y Cristina Higueras. El texto se convirtió en un éxito teatral y, de hecho, Pilar Miró quiso convertirlo en película pero su prematura desaparición no lo hizo posible.

Actualmente “Alta seducción” triunfa con esta versión actualizada tan necesaria ya que hace unos años funcionaba otra música distinta a la de ahora e incluso había otro vocabulario. Por esto, se ha adaptado a nuestros tiempos y hasta se lanza algún pellizco de actualidad, como por ejemplo cuando se menciona el partido político de Podemos.

La escenografía, a cargo de Jandro Producciones, es digna de resaltar ya que la trama pasa por dos decorados principales. Así, la función se inicia en la barra de un bar que luego se transforma en el salón del piso de la protagonista.

Arturo Fernández dirige y protagoniza esta elegante comedia que hacen reír a los presentes desde el primer minuto. Las mejores historias siempre implican una inversión emocional y en este caso la actriz que da la réplica al eterno galán se convierte en el torrente sensitivo de la historia. La fuerza y calidad interpretativa de Carmen del Valle quedan demostradas sobre las tablas desde su entrada en acción. Aunque no debe sorprendernos ya que tiene una gran trayectoria teatral con títulos como “La montaña rusa”.

Arturo Fernández aparece en escena con un chute de energía e ilusión renovada, se nota que es una obra que le inspira como actor y que, sobre todo, le anima a seguir adelante y pasar sus últimos años de vida sobre las tablas. Porque con su ejemplo, pasión y dedicación a las artes escénicas ha quedado claro que un actor no se jubila así que chapó por uno de los grandes maestros del escenario que promete seguir a pie de butacas mientras el cuerpo aguante.

Hay que destacar que Arturo Fernández conmemoró sus bodas de platino en los escenarios coincidiendo con su 89 cumpleaños y ya sólo por esto la función merece una oportunidad. El consagrado actor mantiene intacto su desparpajo de hace décadas y no cabe duda que tantos años sobre las tablas le han ayudado a mantener una forma de estar y moverse sobre el medio muy natural.

Arturo Fernández nació en Gijón (Asturias) el 21 de febrero de 1929. En 1950 se trasladó a Madrid sin intención de dedicarse profesionalmente a la interpretación aunque, como sustento provisional, comienza en el cine como figurante y desde entonces la profesión le atrapa. Nos encontramos ante un actor que en su trayectoria cuenta con más de 100 trabajos entre películas, series y obras de teatro, muchas de las cuales ha producido. Entre los galardones y premios que ha recibido durante estos años de trabajo intenso destacan la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Nacional de Teatro, el Micrófono de Oro, el Premio La Casa del Actor y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

A Arturo Fernández se le conoce como “el gran seductor de la escena española”, tras construir un personaje a medida galán, a veces cínico, y siempre conquistador. En esta obra demuestra realmente en qué consiste el arte de la seducción de la que ha hecho un modo de vida y que, sin embargo, en los últimos tiempos el término ha experimentado una degradación. La representación por tanto nos lleva a replantearnos si la sociedad ha cambiado en todos estos años desde que la historia se presentó al público por primera vez.

La obra nos adentra en la vida de Gabriel, un diputado de categoría inferior que está teniendo una aventura amorosa con una joven escritora llamada Trudi, que huye de su sombra, y que ejerce la prostitución en círculos de alto nivel. El protagonista inicia un juego de seducción con la joven donde los espectadores tendrán que decidir quién es realmente el seducido y quién el seductor de esta historia. Así, la función explora las bases del amor y recuerda al público que para conquistar es tan importante el fondo como la forma. Asimismo, recalca que el amor no tiene edad.

Como se puede descubrir en el programa de mano para Arturo Fernández “Alta seducción”, que tiene una duración de dos horas y diez minutos con descanso de diez minutos, es un homenaje a la alta comedia, un género teatral difícil de escribir y sobre todo de escenificar. No cabe duda que es una obra orientada a espectadores de mediana o tercera edad, aunque esto no implica que los más jóvenes no puedan disfrutar de la historia. Al fin y al cabo, sin el público el teatro no tendría sentido.

No hay nada más recomendable y más saludable que la risa. ¿Os vais a perder esta segunda temporada del duelo interpretativo más divertido?

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