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domingo, 26 de abril de 2015

Entrevista: Rubén Pozo

“Tenía muchas ganas de que salieran a la luz estas canciones”


AURORA SALVO AMORES- Rubén Pozo publicó el 24 de marzo su segundo disco en solitario, “En marcha”. Un nuevo trabajo que ha contado con la colaboración de Nigel Walker para producir el sonido, un cambio significativo respecto al álbum anterior, “Lo que más”, aunque continuando fiel a su estilo. Tres años han pasado desde su primer sencillo, un tiempo que ha empleado en componer estos nuevos temas que estaba deseando que llegaran al público. Además, estuvo un mes en Argentina, un país que le acogió con los brazos abiertos y al que espera regresar en su próxima gira. De momento, se encuentra haciendo un tour por el territorio nacional en el que visitará numerosas ciudades, entre ellas, Madrid el día 22 de mayo donde compartirá escenario con el intérprete Isma Romero. 

La entrevista se produjo una fría mañana de finales de marzo, concretamente el día 25, en las oficinas de Sony Music en Madrid. El cantante nos recibió en una sala muy luminosa y cómoda, donde pudimos charlar con tranquilidad, sin ruido. Rubén nos pareció una persona cercana y muy dispuesta a contestar a nuestras preguntas. Respondía mirando a los ojos y en su tono y en su mirada, libre de sus características gafas oscuras, se podía apreciar la ilusión que sentía con el lanzamiento de este nuevo trabajo.

P: ¿Qué se puede encontrar en tu nuevo disco “En marcha”?

R: Doce canciones. Once mías y una adaptación de “Starman” de David Bowie.

P: ¿Por qué elegiste esta canción? ¿Qué ha supuesto David Bowie en tu carrera?

R: Es una de las canciones que más me gustan del “mundo mundial” e hice una adaptación de la letra. No ha sido muy fiel a lo que va contando, la he españolizado. He hecho una adaptación, no una versión fiel. En cuanto a la música, está muy respetada con respecto a la original. La editorial de Bowie aceptó la adaptación al castellano, lo sentí como una señal, y es la canción que cierra el disco o, no sé, el “bonus track” de “En marcha”.

P: Nigel Walker es el encargado del sonido del disco, ¿qué te ha aportado profesionalmente?

R: Él es muy “limpio” y yo soy muy “sucio”, hablo musical y sonoramente. Entonces, de alguna manera yo necesitaba un yin para mi yang (risas), porque también vengo de un disco anterior, “Lo que más”, que era un sonido muy urgente, muy espontáneo, fue meterse en el estudio con toda la banda y tocar a la vez, quedarse con las primeras, segundas, terceras tomas. Quería, igual por contraste, todo lo contrario. "En marcha" es un disco de sonido más depurado, todos los arreglos están muy meditados: por qué ese arreglo, por qué lo hace ese instrumento. A Nigel le llamé para que me aplicara disciplina inglesa.

P: Vuelves con un single titulado “Me quieres destrozar”, ¿qué cuentas en la canción?

R: Es una balada doliente que, básicamente y reduciendo la ecuación, es del tipo de canción de “nos amamos con locura, pero no podemos dejar de herirnos todo el rato sin quererlo”.

P: ¿Cómo ha sido el proceso de grabación del videoclip de este tema?

R: Fue muy divertido para Mairén Muñoz, que es la chica que también sale, coprotagonista, y para mí. Nosotros llegamos a una nave, a un plató, y ya estaba todo montado. Nos explicaron lo que teníamos que hacer y ya está. El equipo de grabación estuvo dos días currando, preparándolo y bueno decir que es un…, me hago el interesante y digo, es un plano secuencia, porque la primera vez que lo oí pensé,  “¿qué es eso?”. Es una toma sin cortes, está grabada de una vez. No hay ningún corte, son los cuatro minutos que dura la canción. Entonces tenía que estar todo como muy milimetrado e hicimos ocho o nueve tomas y se eligió la que tenía más rollo, más magia. La verdad es que es el vídeo mío que más me ha gustado.

P: ¿Por qué decidisteis hacer un plano secuencia?

R: Esto lo decidió Titan Pozo que es el director y realizador del vídeo. Estoy encantado con su trabajo y el de todo el equipo de rodaje.

P: El nombre de tu disco “En marcha”, hemos leído que hace referencia a la dificultad a la hora de tomar decisiones, ¿te has encontrado en situaciones similares a lo largo de tu carrera?

R: Cualquier vida de cualquier persona tiene momentos de dificultad y en la que hay que agarrarse uno mismo por la solapa y decir, “venga tira para adelante, capullo” (risas). “En marcha” no tiene más dobleces como título de disco es como, “no importa las veces que te caigas al suelo, lo que importa son las veces que te sepas levantar y te sacudas el polvo del culo y tires para adelante”.

P: Has tardado tres años en lanzar este nuevo trabajo, ¿cómo ha sido este tiempo?

R: He estado tocando mucho, afortunadamente he tenido mucho trabajo con mi anterior disco, “Lo que más”, y he estado mucho en la carretera. Soy afortunado porque no todo el mundo de mi profesión… El premio final y la guinda del pastel son los conciertos que creo que, en general, a los músicos es lo que más nos gusta y cuantos más conciertos tengan y más trabajo les salga pues mejor. Yo estos años he estado componiendo en los huecos que tenía de los bolos. Y el único secreto que tengo para componer es sentarme en una silla, tener una mesa delante, un cuaderno de anillas, un boli BIC azul o negro y la guitarra, esos son mis materiales y de ahí surgen mis canciones.

P: Precisamente, una de estas canciones “El sueño del pibe” hace referencia a una expresión argentina. Sabemos que estuviste un mes en este país presentando tu primer disco. ¿Cuál es el recuerdo más bonito que tienes de allí? Hemos visto que para ti Argentina fue bastante importante.

R: Sí, fue donde terminé la gira de “Lo que más”. Me fui allí un mes sin tener el disco editado siquiera, pero muy a la brava, contraté a un agente de prensa que me hizo algo de promoción por allí, me llevó a radios para anunciar los conciertos. Una banda contactó conmigo, se llaman “Siete abriles”, un grupo de allí de Buenos Aires, y se ofrecieron como banda mía, preparamos las canciones, un local de ensayo… Los conciertos fueron geniales, quedé encantado con la respuesta del público, de la onda, aparte de los conciertos me empapé mucho de la ciudad y de la gente. Quizás el momento, por poner ahí un colofón, sería el último concierto que fue en una sala que se llama “La Trastienda” de allí de San Telmo. Fue el mejor concierto de todos, el último, al que más gente vino, en el que más onda hubo, en el que mejor tocamos, el que mejor sonó… De esas noches que dices “joder” y fue todo así como tan… Hubo tanto trabajo, con tanto gusto, como para hacerlo todo y al final la verdad que salimos a disfrutar, a haber estado todo este tiempo, todo este mes aquí para esto, “que no te traicionen los nervios, esto va de disfrutarlo”. La verdad es que lo disfruté, increíble y para mí fue uno de los conciertos más bonitos de mi vida.



P: ¿Vas a volver a Argentina a presentar este segundo disco?

R: Sí. Además ya tengo contratos con un sello de allí, chiquitín, que va a sacar una primera tirada de “En marcha”. Ahora estoy en la presentación por España y supongo que para finales de año daré un nuevo salto para allá.

P: Según hemos leído, “Disco Stu” es una canción basada en un personaje de la serie “Los Simpsons”, ¿por qué te fascinó tanto el personaje y qué es lo que más te engancha de la serie?

R: No es que me fascine especialmente. No sé por qué. En la serie es como un tipo que está fuera de época, está un poco desfasado. Es un tipo de los setenta y de la era disco. Alguna vez un colega me dijo “eres un poco Disco Stu ahí con los rizos y las gafas”. Y en Pereza, “el Disco Stu es un Pereza”. Con Los Simpsons llevo comiendo veinte años y me he visto los capítulos cien veces, pero da igual (risas). “Disco Stu” es una excusa para hablar de alguna manera de la situación política y social, pero de forma enrevesada y un poco mezclando teorías de la conspiración y haciendo referencia al difunto Estado de Bienestar. No es mi estilo de canción y por eso lo traté así un poco lioso. O porque igual todo es tan lío ahora mismo que en una canción hablando de ello también tiene que ser un poco lío.

P: Has mencionado a Pereza, ¿echas de menos algo de esa etapa?

R: No echo nada de menos de mi vida. No soy nostálgico, creo que hay que vivir el presente. El pasado ya pasó y el futuro quién sabe. Lo que sí tengo es un recuerdo maravilloso de esa década, del 2000 al 2010. Soy una persona muy afortunada por haberlo vivido junto a un amigazo del alma como es Leiva y todos los sitios donde llegamos y las canciones que dejamos en el camino. Estoy súper orgulloso de todo eso que hicimos. Y no sé… ¿quién sabe el futuro lo que traerá? Ahora estamos ahí a nuestras “cabras”.

P: ¿Con los años os podréis volver a reunir?

R: Sí… Nunca se sabe. Lo que estoy seguro es que si lo hacemos será porque hay buena onda, porque nos apetece juntarnos y disfrutar y será de esa manera. De esa manera o nada, claro.

P: Vas a estar de gira por la geografía española. ¿Qué mensaje le darías a todos los que van a acudir a tus conciertos?

R: He montado una banda para esta ocasión, un cuarteto. Somos dos guitarras, bajo y batería y estoy encantado de cómo está sonando todo en el local, porque, a la vez que estoy aquí con la promoción y las entrevistas, en los huecos me voy corriendo al local. Solo sé que en cada garito al que vayamos lo vamos a dar todo y va a ser una celebración de las canciones, la amistad y el rock and roll.

P: En la gira de tu disco anterior, tocabas tú solo en versión acústica. ¿Por qué en esta nueva gira de presentación has decidido tocar con una banda?

R: Con el disco anterior a lo mejor di treinta conciertos con la banda y ochenta yo solo. Y sobre todo, de alguna manera, he tenido que reiniciar. En solitario es otra cosa y no me he podido permitir llevar a todos los conciertos a la banda. Vivo de los conciertos y de alguna manera nunca me había puesto encima de un escenario yo solo a hacer un show entero. Empecé a hacerlo y me voló la cabeza. Me encantó el formato, me gustó mucho estar ahí. Me hacía diez canciones primero sentado en una banquetita con la guitarra acústica y luego quitaba la banqueta, me ponía de pie, me colgaba la eléctrica y otras diez canciones. Ése era mi show y aluciné de aguantar una hora y media de show yo solo. Y la respuesta de la gente, cómo entraba “al trapo” y cómo me lo supe hacer. También tuve noches malas, pero fueron las menos. Las noches malas, cuando tocas solo, son los sábados o viernes por la noche porque la gente está en un garito y lo que quiere es emborracharse y olvidarse de la semana de trabajo. Y en ese formato es importante el silencio, porque no estás con una batería de todos a bailar y a gritar. Y los viernes y sábados a partir de las once o doce de la noche mejor no hacerlo…Pero un miércoles o jueves a las nueve, diez como muy tarde y si la gente está sentada en butaquitas, eso es lo mejor, un pequeño teatro, un centro cultural… Es un formato maravilloso la verdad. Lo empecé a hacer por necesidad, venga, por qué no decirlo. Me encantó. En este empiezo con la banda, ahora para presentar “En marcha”. Me apetece que suene el disco y he montado una banda para la ocasión, un cuarteto de la muerte. También haré, más adelante, algún concierto yo solo, porque me estimula y me gusta mucho.

P: Además de la gira y la presentación del disco, ¿qué otros proyectos tienes a corto plazo?

R: Tengo una oferta para una película de Tarantino y… Esto es mentira (risas). Tengo la cabeza abducida por lo que estoy viviendo ahora. Tengo la ilusión, la alegría de este alumbramiento después de tres años de trabajo y de darle ahí… Tenía muchas ganas de que salieran a la luz estas canciones, de que dejaran de ser mías, que los pajarillos echaran a volar del nido. Y estoy preparando los conciertos. Ahora mismo no me cabe otra cosa en la cabeza. Tengo suficiente. 

Tras nuestra charla, Rubén dedicó unas palabras a nuestros lectores: 


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