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domingo, 28 de enero de 2024

Crítica: Circlassica

El circo como forma de vida

PAULA OLVERA- Damas y caballeros, niños y niñas, Circlassica pone punto y aparte a una edición en la que se ha superado una vez más. Este 28 de enero el Recinto Ferial IFEMA de Madrid no solo se ha abarrotado con los asistentes a Mundo Pixar y a la Feria Internacional de Turismo, también con los espectadores (mejor dicho, privilegiados de las últimas dos funciones) del colosal espectáculo de Productores de Sonrisas que rinde homenaje a la tradición circense a través de un viaje en el tiempo que se remonta hasta los orígenes del circo. Esta producción que combina teatro, danza, acrobacias y música en vivo es un excelente plan para toda la familia, desde los abuelos y tíos hasta los más pequeños de la casa. Patrocinado por Openbank, las dos horas de show que ofrece (con 15 minutos de descanso incluido) se pasan en un periquete.

La carpa blanca de 1000 metros cuadrados de Circlassica se divisa desde la carretera. Es imponente, aunque mucho más descubrir que en dicho recinto han actuado durante las últimas semanas más de treinta artistas internacionales. Eso sí, para disfrutar del show en su plenitud hay que llegar con tiempo. Al menos con una hora de antelación pues se han habilitado varios espacios pintorescos para tomarse fotografías muy originales y, sobre todo, se han establecido un par de zonas para que los niños den rienda suelta a su imaginación (durante la Navidad ha funcionado como un tiro la manualidad de colorear un dibujo y escribir un deseo para colgar en el majestuoso árbol que corona el centro de la explanada). Asimismo, como no podía faltar en este tipo de producciones, hay varios stands para comprar algodón de azúcar y palomitas.

La posición circular de las gradas frente al escenario y la disposición de los intérpretes para moverse por todos los lados del espacio permite que la mayoría de los asientos tengan una buena visibilidad, recomendando mi posición en la fila 5 cara a las tablas. Desde el arranque, Circlassica se confirma como un tributo al ADN del Gran Circo Mundial.

Las primeras notas de música (¡bravo por la orquesta!) anticipan que el espectáculo empieza fuerte con una joven observándonos sobre un aro suspendido en el aire. Lo mejor de todo es que en ningún momento decae el ritmo de la función pues cada dos por tres aparece un nuevo artista demostrando sus habilidades en pista, en su mayoría acróbatas que crean figuras imposibles para el común de los mortales. Hacía tiempo que no me sorprendía tanto con el talento que tenía delante de mis ojos, llevándome a reflexionar sobre la disciplina diaria que mantienen los integrantes de Circlassica. Cada número aéreo no solo tiene su significado metafórico, sino que está medida al milímetro pues aquí se huye del error ya que cualquier equivocación puede desembocar en tragedia. Es lo primero que piensas cuando, por ejemplo, alzas la vista para seguir los pasos de uno de los artistas que se mueve suspendido boca abajo sobre una delgada barra o cuando contemplas cómo otros tantos trapecistas desafían al vacío a base de disciplina. Y de tremenda valentía.

Si tuviera que definir esta novedosa edición con una palabra sería con el término adrenalina porque es lo que provocan la mayoría de los números, sobre todo, el más ruidoso, pero a la vez emocionante ejecutado por unos cuantos motoristas latinoamericanos que se adentran en una bola metálica de seis metros. En Circlásicca también tienen cabida números muy elegantes que, de la misma manera, te dejan sin aliento como el de patinaje o el del ballet efectuado en las alturas.

Ahora bien, quien se lleva la palma es Johnny Rico. Este tipo de espectáculos multidisciplinares precisan de un maestro de ceremonias que esté a la altura y que sepa desengrasar con gracia los momentos de cambio de escenario. Verdaderamente me ha parecido muy chistoso (se apoya muchísimo en la gestualidad y en los juegos de luces) y, en todo momento, capta la atención de los presentes pidiéndonos que aplaudamos por sectores.

El momento más tierno del espectáculo se produce con la puesta en escena de un hipotético hipopótamo que fascina a los críos. Recordemos que, en la actualidad, los circos con animales están prohibidos en muchísimos países por lo que, afortunadamente, ya no vemos en escena a leones, tigres, leopardos, camellos, llamas, elefantes, cebras, caballos, osos o chimpancés, entre otros.

Como se anuncia al inicio del espectáculo, Circlasicca fue galardonado en 2023 con el Premio Nacional de Circo. Ahora entiendo el porqué. Muy merecido.

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