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viernes, 1 de septiembre de 2023

Crítica: obra “Berlín, Berlín”

“Berlín, Berlín”, un vodevil divertidísimo con dos Premios Molière

MARÍA BRAVO- Hacía tiempo que no me reía tanto en una función teatral desde que me sentaba hasta que me levantaba, y es contradictorio pensar que “Berlín, Berlín” trata temas tan polémicos como la Alemania del Este o la caída del muro de Berlín, pero es una maravilla. El equipo lo ha conseguido, el espectador es feliz durante los 95 minutos que dura la función. Algo que parece imposible. Aunque, honestamente, no esperaba menos de una obra con cuatro nominaciones a los Premios Molière, de los cuales ganó dos de ellos como mejor comedia y mejor actor (para el intérprete francés Maxime d’Aboville), en esta representación que nos viene de Francia y que es altamente recomendada. Podéis verla hasta el 11 de febrero de 2024 en el Teatro Alcázar de Madrid.

Os pondré en contexto, la Stasi ha entrado en nuestras casas y tiene un plan: controlar y saber toda clase de idilio entre sus habitantes, qué vecina cocina mejor la tarta de ciruela y de qué tono es la falda gris puesta el lunes para ir al Coro del Ejército Rojo. Pero Emma y Ludwig están dispuestos a respirar la libertad, a huir del Berlín Este, por lo que idean un plan para cruzar la frontera. Para ello, se harán pasar por otras personas. Emma consigue trabajo de enfermera en una casa junto al muro, ya que bajo ella hay un túnel secreto directo a la Berlín Oeste. Parece sencillo: llegar, hacer el paripé de la enfermera perfecta, y de noche que Ludwig siga cavando el pasadizo, pero todo se lía. Y se lía ¡pero bien! Por cierto, el plan debe sortear un pequeño escollo, el hijo de la anciana a la que cuida Emma trabaja en el Ministerio para la Seguridad del Estado.

Y en este marco aparecen espías, gente que se hace pasar por espías, amantes y gente que se hace pasar por amantes. Es un vodevil clásico con acción, movimiento, enredos, decenas de puertas que se abren y se cierran dejando entrever situaciones hilarantes. La comicidad musical concede la risa al espectador, incluso antes de que el actor hable en esta persecución entre los miembros de la Stasi y Emma y Ludwig.

La escenografía es también esencial, un conjunto de muros movibles, un perchero secreto, escaleras que albergan un movimiento continuo que van de una casa a una comisaría de la Stasi, que, sin vergüenza alguna, ponen en tesitura la maravilla de este gran vodevil. El vestuario no podía faltar, ese gris de los habitantes de Berlín Este, esa luz de los que ansían escapar del control, esos focos controladores. Y es que se juega con una represión para hacer humor de la sociedad comunista.

“Berlín, Berlín” nos muestra un elenco de ocho actores (mi más sincera enhorabuena a todos ellos) con gran compenetración en los tiempos y en las escenas: Juanan Lumbreras, Ariana Bruguera, David Carrillo, Esperanza Elipe, Guillermo Sanjuán, Javi Martín, Dani Luque, con la colaboración especial de Eloy Arenas. Cada uno de ellos es digno de admiración. Tenemos al general que ha perdido al amor de su vida, al violinista descodificador de números, al médico traidor o al fontanero de día, violinista de noche.

Enredos alemanes, romances impostados, pichones con contraseñas, albóndigas en pucheros, teléfonos a lo Top Secret y trampillas secretas forman parte de una de las obras de la temporada. Espías y espiados se dan la mano para traer la obra de la temporada a Madrid.

“Berlín, Berlín” está escrita por dos parisinos, Patrick Haudecoeur y Gérald Sibleyras, y ha conseguido cruzar la frontera para que el director Gabriel Olivares (conocido por su trabajo en “Burundanga”) haga otra maravilla de un género (el vodevil) tan denostado durante un tiempo. Gracias a Olivares -que ha creado una escuela de actores, hay que recordar- podemos decir que así se dirige, así se hace teatro, y su Premio Molière 2022 a la Mejor Comedia lo demuestra con su elenco de actores. Todo un equipo.

Enhorabuena, de verdad. La respuesta del público os llevará lejos allá donde el control no existe y la libertad del individuo es posible. Solo hay que recordar una contraseña: “Los pichones se adelantan”. Mientras vuestra memoria siga intacta, todo irá bien.  

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