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domingo, 8 de julio de 2018

Artículo: El precio de la fama

Cuando la fama te hace perder la libertad


PAULA OLVERA- ¿Quién no ha pensado alguna vez en la cantidad de privilegios que disponen los personajes públicos? Las grandes estrellas viven rodeadas de oportunidades, de lujo, del cariño de sus fieles seguidores, en definitiva, su experiencia podría calificarse como una vida de rosas. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en la existencia de decenas de celebridades que en muchas ocasiones tienen que lidiar con la cara más amarga de la fama y la fortuna. Su libertad queda en entredicho cuando la popularidad les sobrepasa y pierden el control de su intimidad y, especialmente, la privacidad de sus seres elegidos que se convierten en las otras víctimas invisibles de este triunfo tan intenso que aporta la televisión y también el cine. Y lo peor es que los casos continúan creciendo.

El sabor de la fama es dulce y adictivo. No obstante, la popularidad puede acarrear consecuencias muy negativas en los personajes públicos como la soledad o la pérdida repentina de la privacidad. El talento conduce al triunfo, sin embargo a veces sería necesario establecer unos límites como exigen las grandes estrellas tras una mala experiencia.

Esta misma semana la joven actriz de “Modern Family” Ariel Winter ha cerrado su perfil oficial de Twitter por la presión de la fama. Antes de cerrar su cuenta en esta conocida red social, la intérprete compartió un mensaje de frustración: "Es triste cuando literalmente tú amas tu trabajo pero odias la parte famosa que tiene incluida. También es triste cuando quieres mudarte de forma desesperada a un hogar y vivir una vida normal y en paz. Yo no puedo hablar por nadie, pero odio que me sigan y odio que mis cagadas salgan en las noticias".

Unas declaraciones fruto de su malestar tras encontrarse con varios fotógrafos en la puerta de su casa. La actriz ha recalcado que tomará medidas legales "si un paparazzi intenta tomar otra foto frente a mi casa una vez más”.

La estrella mundial de 20 años, conocida principalmente por su papel como Alex Dunphy en la comedia de situación estadounidense, no es la única que recientemente ha explotado por las consecuencias negativas derivadas de ser famosa. Y es que Jeffrey Dean Morgan también se ha quejado de la falta de privacidad en su propia vivienda.

El actor, que debe su excesiva popularidad al personaje Negan de “The Walking Dead”, ha compartido en su perfil oficial de Twitter un mensaje muy directo: "Querida gente que cree que es un buen plan venir a nuestra casa, sacar fotos, conducir hasta aquí, tocar a la puerta... no es un buen plan". El intérprete, que siempre se ha mostrado muy cercano con sus fans, ha asegurado además que todas las personas que han invadido su propiedad están siendo grabadas.   

La fama tiene consecuencias especialmente nocivas en la infancia y vida adolescente. Así lo reconoció hace unos meses Miley Cyrus en el programa Sunday Morning de la CBS. La cantante recordó lo difícil que fue ser Hannah Montana confesando que “sabía que estaba haciendo lo que yo quería, pero ahora que soy mayor me doy cuenta que era mucha presión para una niña”. La también actriz explicó que “era demasiado tener que maquillarse, ponerse una peluca y después compaginarlo con el colegio”.

La excesiva presión que ejerce la industria hollywoodense también acaba pasando factura a las estrellas. Jennifer Lawrence, por ejemplo, se ha mostrado asqueada ante el peso de la popularidad y ha llegado a reconocer que su mecanismo de defensa para acabar con esta situación es ser grosera.

 “Creo que la gente, los extraños, piensan que somos amigos porque soy famosa y sienten que me conocen. Pero yo no les conozco”, llegó a explicar la actriz al diario Daily Telegraph.

En España, los concursantes de “Operación Triunfo 2017” han sido los últimos grandes perjudicados por la fama. Aunque de momento ellos parecen encantados con las oportunidades que le ha brindado su paso por el concurso musical de Televisión Española puede que en el futuro se encuentren sumergidos en un contexto poco deseado.

La familia de la ganadora, Amaia Romero, ya confesaba hace unos meses que se encontraba preocupada por cómo repercutiría este fenómeno social en la joven. Javiera Arbizu, la abuela de la cantante navarra, recalcaba en Look que Amaia "ha sido siempre una niña protegida, es la pequeña y claro... se ha ido de casa ahora. La madre tiene miedo de que diga o haga lo que no tiene que hacer".

El presentador del programa musical, Roberto Leal, también ha sufrido de cerca los estragos de la popularidad derivada de este éxito televisivo. El pasado 7 de febrero su mujer Sara Rubio descubrió que una persona se hizo pasar por un trabajador de SEUR para fines despreciables. El conductor de Televisión Española se mostró muy preocupado en redes sociales porque la pareja tiene una niña de un año a la que quieren proteger.

Otra de las presentadoras de moda, Paula Vázquez, también ha pasado un mal trago este 2018 debido al acoso continuo de un hombre que la Guardia Civil acabó deteniendo. A través de las redes sociales, el individuo llegó a compartir imágenes del domicilio de la gallega.

Estos son sólo algunos ejemplos que demuestran que la fama puede provocar auténticos quebraderos de cabeza.

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