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sábado, 14 de septiembre de 2019

Crítica: serie “Merlí”

Maestro de la vida


PAULA OLVERA- Este 14 de septiembre se cumple el cuarto aniversario del estreno del primer capítulo de la serie “Merlí” que fue emitida primeramente por la cadena catalana TV3. Un año después se lanzó la primera temporada doblada al castellano en laSexta y actualmente se puede disfrutar de los 40 episodios, divididos en tres temporadas, en Netflix lo que ha posibilitado su buena acogida internacional. Esta ficción gira en torno a Merlí, un profesor de filosofía que estimula a sus alumnos adolecentes a pensar libremente. Por tanto no nos encontramos ante una historia de instituto más ya que los espectadores de cualquier edad se sentirán identificados con los personajes e incluso acabarán echando la vista atrás para recordar qué educador les marcó en su etapa estudiantil.

“Merlí” es una serie que ha roto moldes en la pequeña pantalla y que ahora podremos continuar gracias a “Merlí-Sapere Aude”. Se trata del spin-off de esta historia que se podrá disfrutar primeramente en Movistar+ a finales de este 2019 y un año después TV3 emitirá la primera entrega de ocho capítulos de 50 minutos de duración cada uno. Así, la plataforma de pago ha apostado por la continuación de este universo, después de su comentado final, que se estrenará en toda España hablada en catalán. La nueva producción se centrará en la vida universitaria de Pol, interpretado por Carlos Cuevas, a pesar de que la ficción original aventuró cómo era la vida de todos los personajes siete años después. En este sentido, se explorará la relación del guaperas de la clase con Bruno además de incidir en la vida universitaria del alumno preferido de Merlí en la Facultad de Filosofía de la Universitat de Barcelona. De esta manera, se mostrará el legado del profesor encarnado por Francesc Orella.

La serie original se inicia cuando Merlí es contratado por el Instituto Àngel Guimerà. Desde que pisa por primera vez el centro de estudiantes no deja indiferente ni a profesores ni a alumnos a los que bautiza como "peripatéticos". A estos últimos les hace reflexionar, les enseña a tener criterio en sus opiniones y, lo más trascendente, les ayuda con sus problemas personales. Digamos que este docente es el que a todos los que un día fuimos adolescentes nos hubiera gustado conocer porque sabe conectar con los más jóvenes y sobre todos les motiva a estudiar impartiendo lecciones incluso fuera de las aulas.

También se explora la vida personal de Bergeron que no sólo se ve obligado a vivir con su madre Carmina Calduch sino que además tiene que aprender a convivir con su hijo Bruno que en los primeros capítulos guardará bajo llave su homosexualidad porque está enamorado de su compañero Pol. El protagonista, que es un seductor nato, cautiva a los espectadores  por su particular humor negro y su forma de enseñar una materia de forma tan divertida y estimulante. Merlí es un maestro de la vida del que todos deberíamos tomar ejemplo porque no quiere problemas, pero si los hay busca soluciones manteniendo una actitud positiva y siempre diciendo lo que piensa.

La serie acerca la filosofía a todos los públicos de una forma muy inteligente ya que en cada episodio se incluyen los planteamientos de algún gran pensador o escuela, como Nietzsche, Sócrates, Hume o Schopenhauer, relacionándose con los acontecimientos de los personajes.

En esta serie tan coral los personajes evolucionan a medida que pasan los capítulos. De esta manera, los alumnos acaban la trama con una personalidad propia muy definida fruto de la metamorfosis y maduración que experimentan en su tránsito a la mayoría de edad. Y es que primeramente nos encontramos con adolescentes perdidos, que buscan su camino, su lugar en el mundo.

“Merlí” no es una serie que viva alejada de nuestra realidad porque aborda la cuestión nacionalista en Cataluña, el consumo de drogas y alcohol, el sexo o las redes sociales sin caer en el sensacionalismo. Además nos acerca al bullying a través del drama de Iván quien lleva meses sin salir de casa en la primera temporada porque padece agorafobia. Asimismo en la segunda temporada Oksana, interpretada por Laia Manzanares, nos adentra en la maternidad adolescente.

Resulta también digno de destacar cómo “Merlí” es un reflejo de la diversidad de familias. Así, se muestra la vida de la madre soltera de Iván, pero también se profundiza en el padre de Marc que durante años ha pasado olímpicamente de sus hijos. Este alumno es consciente asimismo de que su madre pasa más horas trabajando en el hospital que en casa por lo que indirectamente cargará con la responsabilidad de estos adultos, el cuidado de su hermano pequeño Pau. De igual manera, se expone el caso de los padres de Joan, un matrimonio conservador que cambia la relación con su hijo a raíz de un diagnóstico de cáncer en el seno familiar, pero que primeramente presiona a este estudiante en la relación, que se vuelve tóxica, con su primer amor. Y cómo no mencionar a la madre de Gerard que le sobreprotege y a Boris Ruiz, encarnado por Alfonso Rubio, que es el padre de Pol y que coacciona al joven para que deje los estudios porque para él es más importante traer dinero a casa.

De igual manera, se presentan las problemáticas de los profesores como Millán, docente de Lengua y Literatura Castellanaquien sufre un principio de alzhéimer que lógicamente afecta a su manera de impartir la asignatura. De igual manera la segunda temporada queda marcada por la llegada de Coralina como nueva jefa de estudios que desestabilizara el claustro porque es demasiado estricta. Asimismo la presencia de Quima, interpretado por Manel Barceló, en el instituto como profesora sustituta de inglés es clave porque se aborda sin complejos la transexualidad en la pequeña pantalla.

No me extraña que “Merlí” haya tenido una enorme repercusión porque cada capítulo supera el anterior. Considero que la segunda temporada es la más redonda porque la tercera tanda contó con las ausencias de David Solans interpretando a Bruno y de Ana María Barbany interpretando a Carmina, aunque los personajes aparecieron en los últimos episodios de la serie que quedarán por siempre en la memoria colectiva. Y es que la ficción creada por Héctor Lozano es filosofía contra la ignorancia, una dosis de sabiduría para aprender la convivencia en sociedad y enfrentarse a la vida.


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