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lunes, 11 de diciembre de 2023

Crítica: Monólogo “Esto no es un show”

 Galder Varas presenta un espectáculo lleno de música, risas y sorpresas

RAQUEL MORENO- Qué persona activa hoy en día en redes sociales, sobre todo en Instagram y Tik Tok, no ha oído hablar o visto algún reel del cómico Galder Varas. Actualmente es todo un fenómeno viral entre los más jóvenes, que son mayoritariamente su público objetivo, pero también entre los mayores. De hecho, el bilbaíno es consciente de ello y por eso en sus funciones pregunta la edad de los asistentes, que contestan a mano alzada. Sin duda uno de sus fuertes (y algo que cada vez está más de moda entre los monologuistas contemporáneos) es interactuar con los presentes y conocer mejor a sus espectadores, la mayoría de ellos seguidores del cómico deseosos de verlo en vivo. Podréis asistir al monólogo “Esto no es un show” en el Teatro Alcázar hasta el próximo viernes 5 de abril.

En mi caso he acudido a ver a Galder Varas sin conocer demasiado de él. Mi acompañante, en cambio, es muy fan de su trabajo y el contraste ha sido cuanto menos llamativo. Como el bilbaíno enseguida empieza a preguntar al público que cada noche lo acompaña sobre variopintos y diversos temas, pronto he descubierto que la mayoría de los asistentes son fans incondicionales de este monologuista con complejo de inferioridad entre sus paisanos. Según él mismo confiesa tras reseñar que al no llamarse Iker o Ibai, su nombre dejaba más espacio a la duda de su origen siendo considerado ciudadano de segunda entre los habitantes del País Vasco.

Y si “Esto no es show” os preguntaréis como he hecho yo y esa otra gente novata, ¿entonces qué es? Pues un batiburrillo de preguntas al público, salidas de tono en sus respuestas y feedback, música en directo y mucha, mucha improvisación, o quizá no tanta como nos quieren hacer creer. Desde luego lo que tengo claro es que hay que ir a verlo para descubrir exactamente en qué consiste este espectáculo curioso, y puede que algo desordenado, que ha montado Galder. O podríamos llamarle “Glander”, como se le conoce a pie de calle. La verdad es que hay que reconocerle el hecho de que tiene un nombre que da mucho juego, pero eso ya es más mérito de sus progenitores que de él mismo, y de que los nombres vascos tienen ese encanto que al resto de peninsulares nos llama tanto la atención.

Una de las grandes bazas de “Esto no es un show” es el acierto y la originalidad de meter música en directo con músicos tocando diversos instrumentos sobre el escenario como una batería, un piano y un saxofón. Además, los artistas no son mero atrezo de la función, si no que Galder les hace partícipes invitándoles a hablar, pidiéndoles distintas canciones sobre la marcha (con la duda de si están improvisando o va medio preparado), incluso siendo el centro de algún gag cómico. El hecho de que el bilbaíno no esté solo sobre las tablas le da un toque distendido y de frescura, algo que por cierto afirma que ha decidido incluir como novedad en esa función por lo que desde aquí le trasmito que siga haciéndolo en los próximos pases.

Tal vez hablo influenciada porque no formo parte del target al que se dirige, pero noto cierto aire de prepotencia en el cómico y puede que sea hasta entendible. Galder Varas (cuyo nombre no escribo nunca bien a la primera) está de moda, sí señores, es un hecho. Y eso uno lo sabe, es imposible no ser consciente de esto y se le ve. Tener una legión ingente de fans alocados te arrastra a ello, pero en cambio hace que te duermas en los laureles y no trabajes tanto en el guion del show. Puede que sus seguidores lo aprecien menos, pero yo, de manera objetiva y al no estar influenciada por la venda fanática que muchos otros sí tienen, me he percatado de que a veces el espectáculo hace aguas y va a la deriva. Él sabe que es bueno improvisando y puede que abuse un poco de hacerlo.

Con todo “Esto no es un show” es un algo realmente difícil de describir. Y no es que no me guste, reconozco que el tiempo se pasa volando, pero deja con un sabor agridulce. Veo el potencial en Galder quien comienza con un speech ingenioso, algo corto para mi gusto. Y después continúa hasta la saciedad con las preguntas al público. Que seguramente yo sea la rara y a las nuevas generaciones les guste eso, formar parte de manera muy activa en el espectáculo, pagar por ser el protagonista por unos segundos y hablar con el cómico de turno que sea tu ídolo. Por llamarlo de una forma.

Antes, los espectadores no querían hablar con el monologuista y ahora casi se pelean por hacerlo. Supongo que es producto de los tiempos en los que vivimos de mostrar todo lo que hacemos en todo momento en las redes sociales, de buscar constantemente nuestro minuto de oro. Y Galder Varas encaja muy bien en esa sociedad, de ahí su popularidad, pero conmigo ganaría poco dinero, aunque no importe porque ya lo pagan muchos otros a cambio. Lo que yo me pregunto ahora es, ¿será capaz de mantenerse mucho tiempo en esa posición alta?

“Esto no es un show” se articula sobre todo en la destreza del guionista de La Resistencia de improvisar, hacer reír a la gente con muy poco y la capacidad de salir airoso de las distintas situaciones imprevistas que van surgiendo. Por supuesto él provoca muchas de ellas con sus míticas preguntas como ¿a qué te dedicas? O pidiéndole a alguien del público que haga una declaración de amor. Si eres fan del bilbaíno, o no lo eres y te apetece descubrirlo y averiguar si acabará conquistándote, no dudes en asistir a una de sus funciones. Pero una recomendación es que no vayáis a ciegas como yo, podéis ver sus vídeos primero mientras estáis en el baño, pues él acepta y es plenamente consciente de que la gente le ve mientras hace sus necesidades. No me parece desde luego un mal momento para conocerlo ¿no?

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