Riqueza natural

Los paisajes de las Islas Canarias resultan asombrosos y son un disfrute para los sentidos de los visitantes. Nos encontramos en un archipiélago que tiene un clima diferente al del resto de la Península con temperaturas muy agradables durante casi todo el año. Viajamos además a una tierra de origen volcánico que tiene una gastronomía muy específica en la que predominan las papas arrugadas con mojo verde y mojo picón. ¡Qué ricas!
Una de las islas más fascinantes es Tenerife. Su símbolo más representativo es el Parque Nacional del Teide, un espacio de gran valor natural donde conseguir unas impresionantes vistas del terreno. El Teide de hecho es el punto más alto de España ya que se encuentra a una altura de 3.718 metros.
Tenerife además cuenta con joyas arquitectónicas muy relevantes como la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria que fue construida donde los guanches veneraron a la Virgen.
En la isla, según cuenta una antigua leyenda, se creía que había unos acantilados que marcaban el fin del mundo. Se trata de Los Gigantes, unas enormes formaciones que se elevan desde el mar hasta una altura de 500 metros aproximadamente. Unas “murallas del infierno” donde sentirse del tamaño de una hormiga.
En mi recorrido por la isla, la parada en Garachico es igualmente indispensable porque ha sido uno de los municipios que ha sabido sobreponerse ante las desgracias y prosperar. Hay que recordar que la erupción del volcán Trevejo devastó el pueblo casi por completo en 1706.
También en la ruta noroeste de Tenerife nos topamos con Icod de los Vinos que es conocido por el Drago Milenario, árbol que aproximadamente tiene 800 años de edad.
Sirva de contraste el encanto de las playas del sur, especialmente la playa del Duque que está rodeada de boutiques y chiringuitos propios de una zona tan exclusiva en la que recomiendo alojarse por la tranquilidad y el enclave perfecto para aprovechar los días en la isla.
Desde Tenerife se puede viajar fácilmente a La Gomera que es la isla colombina por antonomasia. Esta porción de tierra fue la última escala en el Viaje del Descubrimiento de Cristóbal Colón que cambiaría nuestra historia. Así, la bahía de San Sebastián sirvió de refugio para sus navíos.
Desde Tenerife se puede viajar fácilmente a La Gomera que es la isla colombina por antonomasia. Esta porción de tierra fue la última escala en el Viaje del Descubrimiento de Cristóbal Colón que cambiaría nuestra historia. Así, la bahía de San Sebastián sirvió de refugio para sus navíos.
La forma más fácil y cómoda de acceder a La Gomera para los turistas es a través del ferry. Mi experiencia con Fred Olsen desde el Puerto de los Cristianos de Tenerife, que ofrecía excelentes condiciones para los avistamientos de ballenas y delfines, fue fabulosa para descubrir este nuevo punto de la geografía española. Se trata de la segunda isla más pequeña del archipiélago canario, pero la más rica en diversidad ecológica.
El atractivo principal de La Gomera es el Parque Nacional de Garajonay ya que concentra un impresionante bosque de laurisilva que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Al fin y al cabo esta isla es un territorio con multitud de espacios protegidos, donde es fácil diferenciar los viñedos y los huertos.
Otra de las paradas obligatorias en La Gomera es el Mirador de Manaderos ubicado en la carretera que une San Sebastián con el valle de Hermigua. Precisamente este municipio es uno de los más llamativos de la isla ya que alberga el parque etnográfico Los Telares.
El restaurante Las Rosas es una buena opción para comer durante la visita a esta isla ya que además los camareros hacen una demostración del silbo gomero empleado primeramente por los aborígenes canarios para comunicarse a través de los barrancos mediante silbidos tonales.
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