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jueves, 2 de marzo de 2023

Crítica: película “Avatar: El sentido del agua”

Un fenómeno de masas

PAULA OLVERA- Apenas tres meses después de su estreno en la gran pantalla el pasado mes de diciembre, “Avatar: El sentido del agua” ya es la tercera película más taquillera de la historia en un listado que encabeza “Avatar” y que sigue “Vengadores: Endgame”. Esto significa que ha superado a “Titanic” en plena celebración de su veinticinco aniversario, aunque la mayor curiosidad radica en que tres de las cuatro cintas citadas son obra de James Cameron por lo que el director ha logrado otro hito histórico y ha vuelto a demostrar que conoce la fórmula del éxito. Y es que nos haya gustado más o menos este extenso largometraje protagonizado por Sam Worthington y Zoe Saldaña no cabe duda de que el cineasta canadiense sigue congregando a una audiencia masiva en las salas de cine.

Como a la mayoría de los espectadores, “Avatar” me impresionó en 2009 así que, trece años después, el estreno de su secuela me provocaba, cuanto menos, curiosidad. Si bien considero que la película original no ha conseguido con el paso del tiempo crear un legado cultural similar al de otras sagas cinematográficas exitosas, sí que reconozco que la brillantez de su guion, que además partía de un universo inédito, y el buen sabor de boca que me dejó la originalidad de sus personajes (durante días quise aprender el lenguaje de los Na’vi) me han impulsado a continuar la historia en la gran pantalla.

Confieso que, de primeras, me ha echado para atrás que “Avatar: El sentido del agua” dure 192 minutos, pero comprendo que una superproducción de ciencia ficción de estas características precise cocer sus escenas a fuego lento. Sobre todo, si tenemos en cuenta las intenciones de James Cameron de estrenar la tercera entrega de esta historia en 2024 a la que también le seguirá la cuarta parte, en principio, en 2026. El propósito es más impresionante aún pues se espera el lanzamiento de una quinta película para 2028.

Viviendo el presente, lo primero que quiero destacar es que la secuela de “Avatar” ha perdido el factor sorpresa que tanto nos atrapó en esa película original que revolucionó el cine en tres dimensiones. Me recuerdo de adolescente muy emocionada con aquellas gafas de plástico con cristales oscuros, aunque también es verdad que la tecnología ha evolucionado y que disfrutar de la segunda parte en un asiento reclinable y con sonido envolvente en una sala de Cinesa Luxe, en el centro comercial Intu Xanadú, también me hace la experiencia única.

Sin embargo, esta vez no hay tanto asombro inicial ya que el contexto es conocido y, de hecho, muchas de las escenas evocan al largometraje original. Por eso, recomiendo ver de nuevo esta primera cinta antes de disfrutar de la segunda entrega puesto que refrescar la memoria puede contribuir a hilar más detalles y estar más pendiente de los guiños que realiza James Cameron. Igual que los amantes de las películas Disney solemos mantenernos ojo avizor ante posibles Easter Eggs, lo cierto es que “Avatar: El sentido del agua” está repleta de referencias a las anteriores películas del director.

Para mí ha sido un gran entretenimiento reconocer estos guiños visuales, aunque considero que el verdadero triunfo de esta secuela es que explota unos efectos absolutamente espectaculares que nos regalan unas imágenes apabullantes. Podemos reconectar más o menos con la aventura épica que se nos presenta, y que vuelve a poner en el foco una historia de amor entre dos especies, pero la realidad es que la secuela atraviesa con la espectacularidad de sus escenas. No es tanto lo que cuenta, los problemas que persiguen a Jake y Neytiri, así como las batallas que libran para seguir con vida y las tragedias que sufren, sino cómo se cuenta.

“Avatar: El sentido del agua” está nominada a cuatro premios Óscar en la gala del próximo 12 de marzo, incluido el de mejor película, aunque yo creo que ya ha ganado el mayor reconocimiento que es el del éxito multitudinario en salas de cine.

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