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martes, 17 de enero de 2023

Reportaje: MILUNA, Open Nature Rooms

Una experiencia de otro planeta

PAULA OLVERA- Hospedarse en MILUNA, Open Nature Rooms es una de esas experiencias que hay que disfrutar al menos una vez en la vida. Tanto si deseáis pasar una intensa noche romántica con una cena privada y un buen vino, disfrutar de una noche tumbados bajo las estrellas, gozar de un relajante y cálido baño en un jacuzzi frente a un frondoso bosque o simplemente descansar alejados del mundanal ruido y cargante ambiente de las ciudades, este hotel burbuja es vuestra mejor alternativa porque cumple para todos los gustos. Así que, si la economía os lo permite y os apetece apostar por un alojamiento singular con habitaciones hinchables que reciben aire las veinticuatro horas del día, recomiendo absolutamente que os dejéis llevar porque este recuerdo lo mantendréis para siempre. Merece mucho la pena.

Según me cuenta Alejandro Bosch Bruna, uno de los cofundadores, la idea surgió a finales de 2015 en uno de los viajes que hicieron los tres socios por Europa, concretamente a Francia. Vieron un hotel que tenía este mismo tipo de habitaciones con forma de esferas y, tanto el habitáculo en sí como la experiencia que pudieron percibir que se vivía, les cautivó y pensaron en la posibilidad de extender el producto a España. Desde entonces, se pusieron manos a la obra para conocer los diferentes fabricantes de las esferas hinchables, los distintos alojamientos con este mismo conjunto de estancias que hay por el mundo, así como los servicios y modelos de negocio empleados. Es ahí cuando realmente se percataron que tenían una oportunidad como la copa de un pino pues se trata de un plan muy novedoso en nuestro país. Dicho y hecho. Buscaron el mejor emplazamiento para montarlo dándose cuenta de que la zona centro de la península no contaba con ningún alojamiento de estas características. Exploraron varias fincas, alejadas de la gran ciudad, en un entorno totalmente natural y que no tuviera contaminación acústica ni lumínica. Y hasta hoy cuyo balance no puede resultar más positivo: “La acogida ha sido excelente. Ni nosotros hubiéramos imaginado una acogida tan buena. Llevamos ya más de cuatro años abiertos y nuestros clientes no dejan de compartir su experiencia por diferentes canales de forma muy positiva. En TripAdvisor tenemos una puntuación de 5 sobre 5 de 107 comentarios. En Booking tenemos una puntuación de 9,4 sobre 10 de 162 comentarios y en Google tenemos una puntuación de 4,8 sobre 5 de 539 comentarios. Sin duda, leer y escuchar a nuestros clientes dedicarnos tan buenos feedbacks nos da fuerzas para seguir trabajando y mejorando en este bonito proyecto”.


Este hotel tan singular se ubica en un lugar apartado de Hormigos (Toledo). El acceso por carretera al pueblo es muy sencillo y agradable -para quienes viajen desde Madrid está a menos de una hora sin pérdida-, no obstante, para llegar al destino hay que acceder por un camino de tierra muy bien señalizado con carteles, pero un poco más ajetreado, rodeado de olivos y prados de hierba alta que te abrigan con un calmado abrazo según te acercas. Y es que siento que debe ser así, pues para poder disfrutar de un cielo nocturno estrellado en mitad del campo y sin contaminación lumínica es necesario atravesar el mismo. Recomiendo, si es posible, presentarse antes de la puesta de sol para disfrutar así de la belleza de la habitación y las vistas durante las mágicas horas del atardecer.

MILUNA, Open Nature Rooms se encuentra en un terreno de acceso privado así que hay que facilitar el nombre para verificar la reserva antes de que las puertas automáticas se abran. Esta seguridad instantánea no es el único detalle que se agradece de primeras ya que el parking (gratuito) se ubica al lado de la recepción que es una preciosa finca hogareña que recuerda a la de un pequeño viñedo, aunque esta vez rodeado de su elegante cultivo de habitaciones burbuja. Allí se realiza el check-in. El personal, muy profesional y discreto, te guía e informa de todas y cada una de las comodidades del alojamiento, especialmente de los servicios (existe hasta la posibilidad de alquilar una bicicleta y dar una vuelta por el campo respirando aire puro) y cómo realizar los pedidos de cocina que te llevan directamente a la entrada de la habitación. De hecho, se pueden realizar encargos especiales como cava, frutas o tarta para los más golosos y solicitar incluso sales de baño.

El desayuno, una de las características más destacadas de esta experiencia -y ya es decir mucho-, se puede cerrar a vuestra elección en el momento del registro para que os lo dejen en la propia puerta de la habitación a la hora que decidáis sin interrumpir ningún instante de intimidad. Esta apreciación tiene que ver con el extra que incorpora este hotel burbuja y es que, aparte de precioso y completo, es muy íntimo. Con un gran respeto a la privacidad de los clientes.

Las habitaciones, con forma de esfera transparente y que permiten contemplar todas las vistas panorámicas del exterior con el máximo confort como si estuvierais en un hotel convencional, son más de lo que cualquiera pudiera esperar. En la página web podéis seleccionar las diferentes opciones (Lunas de Júpiter, de Neptuno, de Saturno y de Urano) que varían en tamaños y características, teniendo la posibilidad de disponer de un jacuzzi privado en vuestro pequeño parterre cerrado. La sensación de calidez y romanticismo que te evoca el acceder a tu propia estancia es insuperable, obteniendo la oportunidad de disfrutar al menos una noche de vuestro pequeño jardín cercado, con tumbonas y una bañera de hidromasaje exterior enfocada directamente a una zona abierta con vistas a un precioso y salvaje bosque. La impresión que genera, evidentemente, es muy superior a la que puedas sentir de la mano de unas frías fotos compartidas por otros huéspedes en redes sociales.

Del exterior hay mucho que decir también, pues, aunque te encuentres dentro de la habitación, la transparencia de la burbuja recuerda que no estamos en un simple hotel de ciudad. ¿Quién no ha querido alguna vez levantarse frente a la naturaleza con el sol calentándote mientras extiendes los brazos sobre unas suaves sábanas en una cama de matrimonio con un elegante dosel? ¿O pasar las horas bajo las estrellas en un agradable jacuzzi iluminado mientras el vapor del agua os envuelve en una bella danza despidiéndose hacia el cielo?

Por si os sirve, me he alojado en la suite superior Nereida que tiene mucho encanto. La magia, desde luego, me ha embargado desde el primer instante pues si el exterior es una zona maravillosa el interior es realmente la joya de la corona. Para acceder, al tratarse de una habitación hinchable, existen dos puertas con un pasillo en medio donde fluye el aire que mantiene las paredes de tela tensas. El personal os advertirá desde el principio sobre el cuidado de no tener ambas abiertas con tal de evitar que se escape el aire. Es muy difícil que ocurra, pero si se diera el caso, el servicio de mantenimiento del aire está trabajando constantemente por lo que se vuelve a inflar en segundos. A este respecto, si tuviera que poner una pega al hotel, sería el flujo de aire constante. En ocasiones sientes cómo circula por la habitación por lo que deben permanecer alerta aquellas personas que se resfríen fácilmente. Afortunadamente, para combatir tanto las bajas como altas temperaturas, dependiendo de la época en la que acudáis, la estancia se encuentra muy bien equipada con dos aires acondicionados y radiadores. Con hasta un tercero extra si se necesita enchufar. “Se venga en la época que se venga se vive una experiencia diferente y que no dejará de sorprenderte. Cualquier época del año es buena para salir un poco de tu rutina, sorprender a un ser querido o contactar con la naturaleza. Las habitaciones están totalmente climatizadas y todos nuestros servicios preparados para cualquier estación del año”, me subraya Alejandro Bosch Bruna.

La suite superior Nereida en sí es perfecta. Cuenta con una espaciosa cama King Size con cortinas por si deseáis más intimidad aún o para evitar la luz del sol, con una mesa donde podréis desayunar juntos mirando el paisaje, una zona de minibar con nevera y café y el baño -equipado con todo lo necesario (secador de pelo incluido)- que posee su propia cápsula unida con el techo transparente para observar el cielo. Para poder disfrutar de las instalaciones al completo también te prestan dos albornoces y zapatillas para moverte libremente por el exterior e interior, toallas de ducha y de baño para el jacuzzi y una de las mejores cosas, sumada a la playlist con clásicos musicales que crea una atmósfera ideal: un telescopio para que lo saques y uséis en mitad de la noche. Al acceder a MILUNA, Open Nature Rooms el personal os enseñará a usarlo a grandes rasgos, así como a descargaros una aplicación en el dispositivo móvil que os servirá para conocer el nombre de las constelaciones que vayáis señalando en mitad de vuestra romántica velada. No obstante, cabe la posibilidad de reservar con antelación un servicio de astronomía privada con un profesional que os indicará los cuerpos celestes a través de un aparato óptico de última generación. Una actividad recomendada para los más fanáticos del cosmos.

Y ahora llega la hora de hablar de la cena. Este hotel burbuja dispone de un servicio de cocina con una carta que localizaréis fácilmente en la mesa de la habitación. El menú es lo suficientemente variado como para que cumpla con la mayoría de los paladares, desde aperitivos, tablas de quesos, jamón, ensaladas, tartar de atún y aguacate, revuelto de setas, crema de calabaza con naranja y jengibre o un carpaccio de ternera con virutas de parmessano hasta platos principales como hamburguesas de ternera o vegana, lasaña vegetariana, corvina a la donostiarra o carrilleras de ternera con parmentier trufado. Una vez elegidas las sugerencias, podéis solicitarlas con una simple llamada y el personal, de lo más rápido y amable, os lo llevará a vuestra estancia en una bandeja cerrada. Al terminar solamente debéis dejarlo en la entrada para que transporten los restos. Aunque reconozco que la parte más gastronómica de la experiencia puede encarecer el precio, debe tenerse en cuenta que se tratan de platos elaborados y servidos con un emplatado muy elegante y llamativo (¡ideal para hacerles fotografías!). Como amante de las croquetas, os aconsejo que las probéis. ¡Las de queso y nueces son mis favoritas! También recomiendo encargar un vino de acompañamiento pues marida maravillosamente la experiencia. Y es que el hotel tiene una amplia carta de esta bebida alcohólica, blancos, tintos, espumosos, y un servicio hasta las doce de la noche para pedir combinados y licores.

Al ponerse el sol y desplegar el amplio cielo moteado de brillantes luces te das cuenta de que la vida es muy corta y que la disfrutamos con todos nuestros sentidos en contadas ocasiones. Por eso, dándote un baño caliente a la luz de la luna o inclusive cuando te tumbas en la cama a contar estrellas, es cuando verdaderamente valoras lo maravilloso que es vivir. Suena a una situación idílica, y que realmente lo es cuando la disfrutas en tus propias carnes.

Con todo ello, puede dar la sensación de que una vez pasada la noche ya has vivido lo mejor de tu estancia en este hotel burbuja. Nada más lejos de la realidad. Cuando piensas que ya has disfrutado un momento insuperable con los cálidos brazos del alba, escuchas el timbre que informa de la llegada del desayuno a la hora programada. Al abrir la puerta te encuentras una preciosa cesta de mimbre de picnic con la comida, bebida y toda la cubertería y accesorios necesarios para desplegar un completo desayuno. El agua para el té, café y leche vienen en un termo caliente que provoca volutas de humo al verterlo sobre las tazas con un aroma intenso a la placidez de llenar el estómago sin preparar nada. Yo lo he acompañado con un jugoso zumo de naranja natural y un refrescante smoothie de fresa y plátano para revitalizarme con vitaminas a la vez que los rayos de sol saben hacerse hueco por cada recoveco. Asimismo, por unas tostadas de aceite y tomate natural, junto con un esponjoso y a la para crujiente croissant que es toda una delicia. Cerrando todo con un yogur natural que te hace la boca agua y que te sumerge en una paz casi indescriptible pues inicias el día con apetito, respirando el aire puro del campo y escuchando el trinar de los pájaros.

Considero que MILUNA, Open Nature Rooms es una experiencia muy enfocada en las parejas y la revitalización del amor. En otras palabras, es una visita obligada e inolvidable para todas aquellas medias naranjas que deseen disfrutar del romanticismo en su máxima expresión. Alejandro Bosch Bruna me corrobora que el público objetivo de este hotel suele ser enamorados que viven en España y que tienen entre 25 y 50 años, de todas formas es un público muy variado y amplio, “desde clientes que son amantes de la naturaleza y buscan vivir una experiencia lejos de cualquier núcleo urbano, en la intemperie. Clientes que buscan sorprender a su pareja en una noche romántica como pueden vivirla en MILUNA. Clientes que son aventureros y buscan cualquier plan que les haga vivir experiencias diferentes. O clientes que buscan salir de su estrés y su rutina del día a día”. Lo que ya os adelanto que no encontraréis son niños y mascotas pues, como me explica el entrevistado, “con tal de intentar garantizar la tranquilidad y la desconexión no admitimos a niños ni mascotas. Además, nuestras habitaciones están hechas de un material que no nos permite admitir ningún animal”.

Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza porque tienen previsto inaugurar más hoteles burbuja en otras ciudades de nuestro país y, quizás, se plantee uno para todos los públicos: “Queremos seguir replicando nuestro modelo de glamping en otros lugares de España. Queremos construir una marca donde el cliente lo asocie a una experiencia en medio de la naturaleza con el máximo confort e intimidad. Es posible que, con otros productos, pero siempre con la misma idea de experiencia”.

Os aseguro que esta experiencia se os hará demasiado corta y que no querréis marcharos cuando las manecillas del reloj marquen las doce de la mañana. En MILUNA, Open Nature Rooms logras una paz y sosiego únicos que te tientan a reservar varias noches. De hecho, como el hotel ofrece infinidad de servicios creo que esta experiencia se merece varias veladas si verdaderamente queréis regresar a casa siendo otras personas, habiendo vivido unas vacaciones transportados a otro mundo de naturaleza y enamoramiento, pero sin tener que tomar ningún avión ni pasar por ninguna caótica estación repleta de gente. Incluso si sois de los que queréis hacer turismo, tenéis la posibilidad de tomar el coche, dar una vuelta por los pueblos cercanos o visitar el centro de Toledo e incluso el parque temático Puy du Fou. En definitiva, se trata de una experiencia tan mágica como astral. Tan íntima como bella. Y tan llena de pasión como de naturaleza. Como bien define Alejandro Bosch Bruna, “en la vida nos quedamos con aquellas experiencias que más nos han impactado. Con aquello que nos ha sorprendido y hemos disfrutado. MILUNA justamente reúne estos conceptos. En MILUNA, se disfruta, se desconecta y se vive una noche mágica”.

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