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domingo, 11 de diciembre de 2022

Crítica: obra “La noche de los musicales”

¡Qué no os la cuenten!

PAULA OLVERA- Si hay un género teatral que me hace vibrar es el musical. Regularmente estoy pendiente de la fecha de estreno de las superproducciones, aunque recibir invitaciones de una representación más modesta pero igualmente cautivadora como “La noche de los musicales” ha sido un auténtico regalo navideño. Este espectáculo, que se puede disfrutar hasta el 15 de enero en el madrileño Teatro Amaya, permite revivir en directo más de una decena de éxitos musicales a través de un emotivo recorrido por los títulos más emblemáticos de la historia. La productora beon. Entertainment consigue que viajemos en el tiempo sin movernos de las butacas y que revivamos en primera persona aquellos estribillos que triunfaron año atrás y que todavía hoy siguen siendo muy reconocibles.

Lo primero que me ha sorprendido de “La noche de los musicales” es su formato. Por unos segundos he sentido el gusanillo que te recorre el cuerpo los minutos previos a una grabación en directo. Sin duda, me ha parecido completamente innovador que se recurra a un late night show con maestro de ceremonias y jurado. El espectáculo se vuelve muy ágil desde el principio, las sorpresas se suceden y no te da tiempo a mirar el reloj que para mí es la mejor señal cuando acudo a los teatros.

Pese a que “La noche de los musicales” es una representación que va de menos a más, también me ha parecido muy original el recorrido histórico que desarrolla antes de meterse en faena. Nunca una función (y mira que llevo a mis espaldas) me había aportado tanto conocimiento. Y es que se contextualiza el género desde su propio origen, abordando su evolución y la temática que impregna cada una de las letras. Este detalle permite que disfrutemos con todos los sentidos de este espectáculo de hora y media.

“La noche de los musicales” es una caja de sorpresas, sobre todo cuando logra que el sentido del oído se agudice ante las primeras notas de instrumentos de la orquesta y las voces en riguroso directo. La función cobra otra dimensión y la música trasciende el espacio. Sinceramente, no hay estribillo que deje indiferente a nadie. Algunas interpretaciones de temas tan icónicos como el de “Sonrisas y lágrimas”, “Chicago”, “La Bella y la Bestia” o “El médico” calan precisamente por la energía y frescura de los actores y actrices, mientras que otras directamente se sienten como una flecha de Cupido directa al corazón por aquello que simbolizan. Me refiero a actuaciones como la de “Los miserables”, “New York, New York” o “El gran showman” (da igual la de veces que he escuchado “Never enough” que siempre me erizará la piel).

Más allá de las grandes voces que inundan de color el escenario, me ha emocionado que el propio elenco realice este profundo homenaje al teatro musical. Si leemos entre líneas, al final la representación incide en cómo la pasión y los sueños ganan por goleada a los obstáculos que tienen que sortear los artistas que viven por y para este género (tasa elevada de paro, angustia ante la imposibilidad de enlazar proyectos profesionales…). En otras palabras, cada uno de los integrantes presente en las tablas demuestra que no hay nada más hermoso que poseer un trabajo que te haga plenamente feliz.

En suma, el repertorio de “La noche de los musicales” os encantará puesto que se trata de una selección muy especial de las canciones más relevantes del teatro musical. Ya solo por la frescura que transmiten los componentes en cada actuación merece la pena apostar por esta representación tan innovadora como dinámica.

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