Crítica: libro “Retrato de mujer (con hombre al fondo)”

Venus visto desde Marte

PAULA OLVERA-El pasado 26 de septiembre tuve la oportunidad de moderar, junto a María Bravo, el acto de presentación del libro “Retrato de mujer (con hombre al fondo)” de Félix Amador en la librería Gaztambide. El escritor, a quien ya conocía por su trabajo como autor de libreto y letras en musicales recientes como “La historia interminable”, “El tiempo entre costuras” y “El Médico” ha vuelto al ámbito literario con una compilación de quince relatos muy fáciles de leer con los que pretende acercarnos al universo femenino de una forma profunda, empática y, sobre todo, delicada. Nacido en 1965 en Moguer, un pueblo precioso de Huelva donde por cierto también nació Juan Ramón Jiménez, el novelista recupera por tanto esta faceta tan apasionante de su trayectoria.

Félix Amador ha vuelto a las librerías. Tras la publicación de las novelas “Las palabras mágicas” (2007) y “La muchacha con nubes en los ojos” (2014), de los libros de relatos “Lienzos en blanco” (2009) y “Noche de jazz” (2016), y hasta de un ensayo con forma de guía de viajes titulado “El Moguer de Juan Ramón Jiménez [Breve guía para el viajero pasional]” (2010), el escritor onubense ha volcado su alma en “Retrato de mujer (con hombre al fondo)” donde aborda un amplio abanico de temas como la violencia de género, las rupturas sentimentales y los amores obsesivos, exponiendo el instante en el que nos empezamos a enamorar y lo que estamos dispuestos a hacer. Es decir, el escritor ahonda en escenas cotidianas, caras de un prisma social con las que la mayoría de las personas nos podemos sentir identificadas. Porque, ¿quién no se ha enamorado alguna vez de quien no debía? o ¿quién no le ha puesto ojos en alguna ocasión a alguien más mayor? o ¿quién no ha coincidido con alguien en el transporte público y se ha puesto a divagar sobre la posible vida que pueda llevar? Aquí servidora la primera.

“Retrato de mujer (con hombre al fondo)” está compuesto por quince relatos. El libro arranca con “Dentro del silencio” que profundiza sin cortapisas en el maltrato acercándonos a un hombre que vive en mute todo lo que pasa a su alrededor, incluidos los gritos de Flora. Seguidamente, “Las ausencias y los días” se centra en la ruptura entre Marcos y Julia, ofreciéndonos dos puntos de vista distintos de una separación. Una circunstancia que difiere en “Alquimia del sueño eterno” dado que este relato está narrado por una mujer que al parecer envenena a su marido con la sopa hasta que, en un giro de los acontecimientos, es ella la que se suicida porque no puede soportar más la situación.

Si hay algo que me ha llamado la atención es que Félix Amador emplea nombres de mujer muy conocidos en nuestro país, así ocurre por ejemplo en “Poema para Angélica” que es uno de los relatos más misteriosos pues versa sobre un hombre que se enamora de una mujer y cuando pregunta por ella en su supuesta casa le comunican que esta fémina nunca vivió allí. De todas formas, el autor no solo se vale de este elemento, sino que también recurre al lirismo para hablar de situaciones cotidianas y, básicamente, del dolor puro y duro en “Retrato de una mujer frente al mar”.

Esta historia continúa con “Recetas paralelas para adultos a medio enamorar” donde, una vez más, ofrece a los lectores dos puntos de vista a través de dos narradores omniscientes. En este caso, nos acerca a una chica llamada Alicia que se acuesta con Armando mientras le espera Fernando, que es a quien realmente quiere. Por otra parte, en “El alma cerrada” nos presenta a Elena que es una viuda madura que inicia un romance con un adolescente.

“En cuarto y mitad de locura”, Félix Amador apuesta por un trío amoroso entre Marta, Rogelio y Luis Fernando mientras que en “Teorías femeninas sobre el caso y el orden” da la vuelta a la tortilla con un texto que, todo sea dicho, fue presentado allá por 2011 en el IV Encuentro de Verdes Escritores y Escritoras en Moguer. Asimismo, “Sin perdón”, incide de nuevo en los malos tratos. En esta ocasión los protagonistas son Pepa y Marcelino.

“Retrato de mujer (con hombre al fondo)” también incluye un relato titulado “Señorita” que es especialmente original ya que nos traslada a una correspondencia desde la cárcel. Cabe añadir igualmente que en “La gacela herida”, Félix Amador realiza un paralelismo sobre la violencia de género, empleando al león y la gacela. El relato número trece, “Solías reírte de todo aquello”, sacude también, aunque habla sobre cómo a un hombre se le cae un mito, el de una mujer de su juventud a quien admiraba y que en la actualidad recibe un montón de abucheos justificados por su cuestionado papel como concejala de cultura.

En “Sola, los ojos cerrados” también se plantea una historia muy curiosa. Concretamente la de un chico que ve a una mujer en el tren todos los días y se imagina su vida ficticia hasta el punto de que la va escribiendo como si fuese un relato. El libro se cierra con “Estereotipo” donde un hombre y una mujer pasean su amor pese a la negativa del padre de ella, que no quiere que se case con un pianista. Si bien ambos se aman mucho, él empieza a vivir una vida bohemia con el alcohol como epicentro de sus días y el desenlace para ella se antoja especialmente dramático.

Si bien se puede apreciar que los relatos son muy sugerentes, quiero destacar que mis favoritos han sido “Recetas paralelas para adultos a medio enamorar” y “La gacela herida” que, por cierto, ganó el Premio de Relatos Sociales Juana Ruiz Bravo. Y es que, pese a que la mayoría de las historias son inéditas, sí que es verdad que más de una ha sido premiada en diferentes contextos literarios. Por ejemplo, “Dentro del silencio” ganó el primer premio en el VIII Certamen Literario Castillo de Cortegana en la modalidad de Relato Breve y “Alquimia del sueño eterno” recibió el premio de relato del XV certamen organizado por el restaurante El Chiscón de Madrid en 2010.

En definitiva, el objetivo de Félix Amador era conocer a la mujer y después de leer con gusto el libro puedo confirmar que algo sí ha descubierto sobre el sexo femenino. Os toca descubrir qué es.