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miércoles, 19 de enero de 2022

Crítica: monólogo “El pecado de Eva”

Un show que derrocha feminismo y contenido millennial a partes iguales

RAQUEL MORENO- Una de las cómicas del momento, Eva Soriano, acaba de estrenar con lleno absoluto “El pecado de Eva” en el Pequeño Teatro Gran Vía donde los espectadores tendrán asegurados 75 minutos de risas y carcajadas por doquier. Todos los sábados hasta el 26 de marzo aquel que lo desee disfrutará del placer de contemplar en vivo esta comedia tronchante e ingeniosa. La presentadora consigue que el tiempo vuele sin tan siquiera darte cuenta con su original discurso de un marcado corte feminista y rebosante de contenido millennial dado que Eva pertenece a esta generación. Sin duda hacen falta más monólogos de este palo y más humoristas como ella, con una frescura y una capacidad de improvisación dignas de admirar que dejan entrever que si ha llegado hasta ahí es por mérito propio más que merecido.

Por los momentos que atravesamos se agradecen los shows cómicos de la calidad de “El pecado de Eva”, en el que durante algo más de una hora olvidamos la difícil realidad que nos está tocando vivir. La humorista nos recuerda que además del monotema con absoluto monopolio central de los telediarios, existen muchas otras cuestiones que reclaman nuestra atención y que con una vuelta de tuerca pueden resultar la mar de graciosas. La también concursante de “Tu cara me suena 9” comienza su soliloquio haciendo un repaso a las noticias más importantes del 2021, rescatando entre ellas una que sin duda dio lugar a infinitos memes y consiguió que muchos que idealizábamos la nieve, se convirtiera en nuestra peor pesadilla.

Y no es que Eva no toque por encima el monotema central, que sí lo menciona de forma muy breve y leve con Ómicron. No en vano, la popularidad de esta cómica ha subido como la espuma recientemente por unas canciones que versan sobre la nueva variante, tales como “Anticuerpos” o “Deltacrón”. Debo reconocer que, aunque el chascarrillo gusta, suena un poco más típico del principio de los 2000, sin quitarle del todo valor puesto que desde luego este tipo de chistes malos tienen un fiel y numeroso público.

Eva también aprovecha para comentar parte de la política española (quizá a la derecha no le haga especial gracia este bloque), otro saco inagotable de momentos tronchantes y ridículos del panorama mediático. Aunque aquí tengo una pequeña queja y es que considero que el pintoresco alcalde de la capital ya suelta por su boca una cantidad bárbara de perlas prácticamente a diario que proporcionan material sobrado como carne de bromas, sin que haya necesidad de recurrir a su físico para conseguir la risa fácil.

Como soy millennial al igual que Eva, sin duda muchos de los temas que aborda me tocan bien de cerca, casi como si los estuviera contando yo. Todo un acierto hablar de su propia experiencia de niña con La Casa del Ratón y como, aunque no lo parezca, lo mucho que nos influye a lo largo de nuestra vida. Es increíble la cantidad de tópicos y estereotipos que implantaban sobre nuestras jóvenes mentes y lo difícil que es encontrar al príncipe azul que nos prometían, algo que no existe. La cómica decide parodiar algunas de estas clásicas princesas sin ofender a nadie y consiguiendo que esa parte de tu cerebro que veía con grandiosa emoción algunas de las hazañas de estos obsoletos personajes, se dé cuenta de lo absurdas que eran en realidad.

Incluso va más allá y lleva a nuestra vida diaria las reglas de las películas animadas que darán lugar a una serie de momentos de los más divertidos del monólogo. Aquí la cómica hace alarde de su buena voz y de lo bien que canta, además de sus grandes dotes como imitadora, algo que ya venía demostrando en el programa de Antena 3. Romper con los moldes que crearon los personajes de estas cintas de dibujos suele llevar el terreno hacia el feminismo y contraponer a la mujer de hoy frente a estos anticuados roles. Pero por si esto fuera poco, la presentadora de Europa FM habla sin tapujos de uno de los temas más tabús posibles: la masturbación femenina, y lo hace sin ningún tipo de pudor y con una naturalidad que debería crear escuela. ¡Ole tú, Eva!

Aunque hay algún que otro chiste al comienzo de la función que yo personalmente omitiría, hablando de ciertas adicciones sobre gente que nuevamente poseen otras facetas con mas papeletas para llevarlas al terreno humorístico, por lo general “El pecado de Eva” es un show muy entretenido que te hará reír sin parar. Y no solo ella, sino que también habrá cierta interacción con la gente que siempre da pie a situaciones desternillantes. Además, contará con los cameos de Dios y el demonio que generarán curiosos diálogos. Porque el primer pecado que se cometió en la Tierra no puede caer en el olvido. Y vosotros, ¿os atrevéis a confesar vuestro peor pecado?

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