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jueves, 11 de noviembre de 2021

Crítica: película “¡Qué duro es el amor!”

Una nueva perspectiva del amor

PAULA OLVERA-Tenemos nueva (y dulce) comedia romántica en el catálogo de Netflix. “¡Qué duro es el amor!”, protagonizada por Nina Dobrev y Jimmy O. Yang, nos presenta a una escritora de Los Ángeles que tras descubrir a su hombre ideal en una aplicación de citas no duda en cruzar todo el país para conocerle en Navidad. Sin embargo, el primer encuentro no es como se esperaba ya que el chico tras la pantalla le ha estafado. No obstante, a pesar de este catfish, brota la química entre ambos personajes y la película avanza ofreciendo varios mensajes muy valiosos. El principal es que cualquier persona primero se tiene que querer a ella misma para que los demás descubran su valor, poniendo en evidencia que la belleza interior siempre prevalece sobre la física.

“¡Qué duro es el amor!” es una película divertida, entretenida, ligera, entrañable y con un mensaje más que necesario en la era de Instagram y TikTok donde más de uno finge ser quien no es para agradar a los demás. Es una cinta que, en pocas palabras, sirve para pasar un buen rato.

Con el lanzamiento de “¡Qué duro es el amor!” el pasado 5 noviembre, Netflix ha puesto de manifiesto el ritmo vertiginoso de nuestra sociedad. El año pasado, concretamente el 28 de octubre, la plataforma de streaming inauguró la Navidad de forma anticipada con “Amor de calendario” y este 2021 tampoco se ha quedado atrás con la incorporación al catálogo de esta comedia romántica dirigida por Hernán Jiménez García. Y si bien soy fan del género esta vez me ha resultado una locura que ya estemos embobados con las cintas navideñas. Vamos, que es pasar Halloween y no nos dan un respiro.

Tradicionalmente la Navidad quedaba inaugurada en el puente de diciembre pero ahora las plataformas de streaming se han subido al carro de este tictac frenético que nos ha invadido. Obviamente Netflix no tiene la culpa, puesto que mismamente en los supermercados ya está el turrón y los polvorones presidiendo la entrada, pero lo cierto es que la inclusión de “¡Qué duro es el amor!” en su catálogo a principios de noviembre es un reflejo de nuestro modo de vida acelerado y consumista. Y yo aquí le veo un problema, porque si yo y otros miles de suscriptores ya nos hemos tragado este título (en estos momentos número tres entre los más populares), ¿qué pasará en diciembre? Me temo que estaremos saturados de cintas navideñas o con pocas ganas de consumir este tipo de largometrajes que se producen específicamente para esas fechas.

A pesar de esta apreciación, quiero reivindicar el visionado de “¡Qué duro es el amor!” porque, como quien no quiere la cosa, la película ha metido el dedo en la llaga en las tan populares aplicaciones de citas. La cinta expone los peligros que, como la protagonista, corren aquellas personas que buscan a su media naranja a través de este método en línea. Hay quienes se olvidan que, al final, puede que estés hablando con alguien que falsea su verdadera identidad.

De cualquier manera, “¡Qué duro es el amor!” va más allá de esta alerta dado que subraya que no siempre nos tenemos que guiar por el físico de alguien ya que a lo mejor una persona menos agraciada nos podría enamorar y hacer muy felices. En este contexto, por primera vez en mucho tiempo, esta película pone a un personaje de rasgos asiáticos y poco atractivo, asumido por Jimmy O. Yang, como héroe romántico. Así que una última apreciación: el giro final engrandece el montaje.

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