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sábado, 23 de octubre de 2021

Crítica: serie “La asistenta”

Una historia que te absorbe y conmueve

PAULA OLVERA-El 1 de octubre se estrenó la que para mí es una de las mejores miniseries del catálogo de Netflix. Estoy hablando de “La asistenta”, un drama estadounidense inspirado en “Hard Work, Low Pay, and a Mother's Will to Survive”, las memorias de Stephanie Land Maid. Cada uno de los diez episodios de esta historia creada por Molly Smith Metzler me ha atravesado como un puñal por abordar de forma tan contundente y gráfica la violencia de género y también por la arrolladora interpretación de Margaret Qualley encarnando a una joven madre llamada Alex que sufre una relación abusiva con Sean (Nick Robinson), el padre de su hija. La ficción recorre la vida de la protagonista desde que consigue un trabajo como empleada doméstica y se centra en dar la mejor vida a su pequeña Maddy (Rylea Nevaeh Whittet).

Una simple escena del primer episodio de “La asistenta” es suficiente para engancharse a esta serie que se ha ganado a pulso aparecer entre los títulos más populares de Netflix. Si bien la ficción está inspirada en las memorias más vendidas del New York Times creo que sin la sobresaliente actuación de Margaret Qualley el delicado tema que trata no hubiera tenido el mismo impacto. Y es que la actriz emociona a través de la humanidad que le imprime a su personaje, creando un drama muy poderoso aunque difícil de ver. La protagonista consigue que el sufrimiento de Alex traspase la pantalla con secuencias que, por momentos, incluso ahogan por mostrar con tanta claridad una realidad abrumadora.

Sin duda, Margaret Qualley me ha sobrecogido con su rol de mujer maltratada, arruinada y sin hogar, que trabaja limpiando casas para mantener a su hija, pero a la vez me ha provocado una ternura infinita con la compasión que siente hacia Paula (Andie MacDowell) que, por cierto, es la madre real de la intérprete. Y quizás en este detalle reside la magia que se crea entre ambas delante de los focos, con miradas que dicen más que mil palabras.

Dejando a un lado la actuación tan emocional y desgarradora de Margaret Qualley, considero que “La asistenta” es un título con el que muchas mujeres se pueden ver representadas de una manera auténtica y sentirse animadas a continuar el legado de la protagonista. Porque la ficción, además de subrayar que las mujeres maltratadas no están solas, transmite un mensaje de esperanza a todas las víctimas para que dejen el horror atrás. Y es que este montaje es una historia sin filtros, cruda, pero también inspiradora.

En este sentido, a medida que avanzan los episodios comprobamos el papel tan importante que juega para la protagonista el refugio de violencia doméstica cada vez que surge un contratiempo. Porque si esta serie se presenta tan inquietante es precisamente por la cantidad de complejidades que asolan al personaje asumido por Margaret Qualley, tan vulnerable y erosionado desde el arranque.

En resumen, “La asistenta” es un relato fascinante e intenso sobre el amor de una madre a su hija, una mujer desesperada pero decidida que se planta ante la relación abusiva de un hombre alcohólico. Un retrato ficticio de la violencia machista diferente y convincente.

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