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domingo, 26 de septiembre de 2021

Crónica: Patones de Arriba

El reino de pizarra

PAULA OLVERA-Dice el refrán que los árboles no dejan ver el bosque. Y yo lo aplico a que, en ocasiones, nos empeñamos en hacer kilómetros para recorrer grandes caminos olvidando que la belleza está mucho más cerca. La Comunidad de Madrid ofrece mil y una posibilidades, en mi caso nunca me cansaré de patear Aranjuez o Chinchón, pero ahora tampoco Patones de Arriba. De un tiempo a esta parte sus calles empedradas y sinuosas, así como sus casas de pizarra (el principal elemento de construcción), se han erigido como unas de las más fotografiadas de la región. Y es que este municipio se ha convertido en una de las opciones preferidas para escapadas de fin de semana de muchos viajeros Desde luego, cualquier fecha es buena para huir del ruido de la capital por unas horas y descubrir este genuino paraíso.

Patones de Arriba, en pleno centro de la Península Ibérica, es un lugar idílico caracterizado por la pizarra. Este municipio alberga una de las muestras más representativas de arquitectura negra de la región con la citada roca, tan abundante en la zona, como la gran protagonista de las construcciones. Como se puede deducir, en este lugar no abunda la densidad de población, ni falta que hace puesto que ahí reside parte de su atractivo. Nos trasladamos por tanto a un territorio tranquilo donde se exhala otro ritmo de vida que invita a oxigenarnos y a dejar atrás tanto bullicio.

Para llegar hasta Patones de Arriba hay que tomar una carretera muy estrecha. Es más, no se puede acceder en coche al propio pueblo por lo que hay que aparcar un poco antes de la entrada (el aparcamiento autorizado está reservado a los vecinos). Por esto mi recomendación es que madruguéis para disfrutar de este peculiar reino de pizarra dedicado al turismo y que, incluso, como he hecho yo tras estacionar en Patones de Abajo, subáis a pie a través de la empinada Senda del Barranco. Es un camino lineal de menos de 1 kilómetro y de gran valor geológico que une ambos núcleos de Patones.

Una vez en Patones de Arriba, declarado Bien de Interés Cultural en 1999, la clave parte en ascender para disfrutar de bellas vistas panorámicas y apreciar cómo la naturaleza se impone a cada paso. Y en este encuentro con el municipio seguro que también os salta a la vista, más allá de su patrimonio histórico y cultural, la cantidad de hostales y restaurantes que pueblan las calles tan empedradas.

En suma, no toda la hermosura queda en la Gran Vía. Patones de Arriba es el pueblo con más encanto del nordeste de la Comunidad de Madrid. Un lugar con una fantástica conservación donde triunfa la vida rural. Así que si os apetece disfrutar de su historia, cultura y gastronomía ya sabéis qué tenéis que hacer.

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