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viernes, 10 de septiembre de 2021

Crítica: serie “Monstruos a la obra”

Una serie disfrutable

PAULA OLVERA-Por si se os ha pasado, ya están disponibles en Disney+ los 10 episodios de “Monstruos a la obra”, la secuela de “Monstruos, S.A.”. Si bien la mayoría de los contenidos que ha compartido la plataforma de The Walt Disney están enganchando al público, con este proyecto animado no solo siguen la misma buena línea de trabajo sino que aciertan de lleno gracias a la puesta en marcha de una serie que además de entretener a los más pequeños cautiva a los más nostálgicos. Y es que es una historia muy divertida (a mí me ha hecho reír un montón con su surrealismo) que se ambienta justo el día después de que el Sr Waternoose III haya sido enviado a la cárcel, con los asustadores aprendiendo cómo hacer reír a los niños en vez de asustarles para que la planta proporcione energía a la ciudad de Monstruópolis.

Debo decir que el primer detalle de “Monstruos a la obra” que acapara mi atención es que no abusa de los protagonistas de las películas, Mike y Sulley, sino que la serie deja paso a otro monstruo, Tyler Tuskmon, que es llamado a ser el sustituto. Y cumple con su función ya en los dos primeros episodios, dándole sentido a la trama, a pesar de que se tornaba difícil puesto que en la memoria colectiva tenemos muy interiorizados a los dos personajes doblados en nuestro país por José Mota y Santiago Segura.

Pese a que me he prendado de “Monstruos a la obra”, quiero resaltar que me ha dejado muy tibia la ausencia de Boo. Porque si de alguna manera tiran de nostalgia con Mike y Sulley, la aparición de este personaje también hubiera hecho las delicias de los espectadores. Sea como sea, al menos la compañía del ratón mantiene la tradición de los easter egss. Ya durante el primer episodio aparece en la habitación de un niño un peluche de Winnie the Pooh. Quizás no todo el público se ha percatado, pero enseguida a mí me ha hecho esbozar una sonrisa porque, una vez más, se esconden diferentes guiños de las producciones demostrando que todas las historias están entrelazadas. Es un detalle con el que, todo sea dicho, ya se jugaba en las películas previas. Por ejemplo, recuerdo a Nemo e incluso Jessie de “Toy Story 2” en “Monstruos S.A.”. Y lo mismo durante “Monstruos University” donde, si estamos atentos, encontraremos por ahí perdido a Arlo o la caravana de “Bichos: Una aventura en miniatura”. Sin duda, es un juego genial y me encanta que hayan tirado por ahí.

Creo que “Monstruos a la obra” es muy efectiva porque permite conocer qué ha sucedido con los personajes después del popular largometraje estrenado en 2001 y, además, ahonda de una forma animada en el trabajo en la compañía (no perdáis a Duncan de vista). A este respecto, la serie cumple con su misión de entretener, cada episodio se hace corto porque es muy ameno, con esta expansión del mundo de los monstruos que aporta un aire fresco.

En suma, “Monstruos a la obra” es mi debilidad. Una propuesta agradable y enternecedora que al mismo tiempo acaricia nuestros oídos con una banda sonora magistral. Yo le veo buen potencial como serie.

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