Crítica: película “El bebé jefazo: Negocios de familia”

Una secuela que destaca, pero no deslumbra

PAULA OLVERA-La pandemia de coronavirus ha tenido un impacto enorme en la industria del cine. Y si bien todavía se percibe el vacío en las salas, somos muchos los espectadores que no nos resignamos únicamente al streaming y que queremos seguir disfrutando de esta experiencia única con un cubo de palomitas entre las manos y la pantalla más grande posible. Una vivencia que tampoco podemos dejar que caiga en el olvido de los más pequeños, por eso “El bebé jefazo: Negocios de familia”, estrenada el 6 de agosto, es la película perfecta para sentir otra vez la magia de una buena historia de animación. Aunque tenemos la costumbre de infravalorar las segundas partes, esta secuela cumple con las expectativas y se erige como un pasatiempo familiar muy divertido para los que disfrutamos con la primera entrega.

El 14 de abril de 2017 se estrenó en España “El bebé jefazo”, película producida por DreamWorks Animation basada en el libro ilustrado del mismo nombre de Marla Frazee. Un año después Netflix lanzaba “El bebé Jefazo: Vuelta al curro”, serie animada de cuatro temporadas basada en la película. Pues bien, tanto el CEO de Baby Corp como Tim Templeton siguen teniendo gancho puesto que este verano ha llegado a los cines la secuela. Dirigida por Tom McGrath “El bebé jefazo: Negocios de familia” es una producción que amplía el universo de la primera entrega, potenciando el papel del jefe en pañales pero dando paso a nuevos personajes en una nueva aventura con los hermanos protagonistas convertido en adultos y alejados el uno del otro.

Si bien “El bebé jefazo: Negocios de familia” cuenta con ingredientes prometedores que nos hacen pasar un buen rato, aunque por secuencias pierde la chispa de la película original de la franquicia, considero que el mayor triunfo de este metraje es contribuir a que mayores y pequeños se sientan inspirados por el mensaje positivo que centra el guion. Porque la cinta hace una defensa de los valores familiares muy emotiva, emplea el humor adulto por momentos pero incidiendo en la idea de que el lazo entre hermanos es muy fuerte y que crecer no significa distanciarse de ese vínculo fraternal. Pero es que además de tocar la reconciliación profundiza en el perdón, mostrando los arcos de transformación de los personajes.

En suma, pese a que es muy probable que al día siguiente nos olvidemos de “El bebé jefazo: Negocios de familia” me parece una película bastante conseguida, que cumple el propósito de entretener a los niños y que nos invita a regresar a nuestra cita más tradicional.