Crítica: película “La última carta de amor”

La nostalgia por las cartas de amor

PAULA OLVERA- De un tiempo a esta parte me daba la sensación que Netflix se pitorreaba de los que somos amantes del género romántico. El estreno de “La magia de la isla” en la plataforma de streaming el pasado 7 de julio no me convenció en absoluto. Si bien enseguida se coronó como uno de los títulos más populares del catálogo, con el devenir de los días ha acabado pasando sin pena ni gloria. Posiblemente porque aunque sea una cinta entretenida no tiene profundidad de personajes ni de historia y, al final, es como si la empresa de entretenimiento no pusiera mucho empeño porque sabe que este tipo de contenido es un revulsivo y el público siempre responde bien. Pero obviamente no nos vale cualquier propuesta de chico conoce a chica. Menos mal que nos han tomado en serio con su nueva apuesta: “La última carta de amor”.

El tráiler de “La última carta de amor” ya me hacía presagiar que esta película dirigida por Augustine Frizzell no me dejaría indiferente. Primero porque tener entre sus filas a Shailene Woodley y Felicity Jones siempre es bien, y segundo porque está basada en la novela homónima de Jojo Moyes (la misma autora de “Antes de ti”) y, por regla general, me suelen atrapar las adaptaciones. Asimismo, si algo me saltó a la vista del avance es que la historia juega en dos líneas temporales para presentarnos por una parte a Jennifer Stirling y, por otra, a Ellie Haworth que es una periodista del London Chronicle. Dejando a un lado que esta premisa ya me engatusó por la simple circunstancia de que la protagonista se dedique a la misma profesión que me da de comer, lo que verdaderamente me enganchó de primeras es que desarrolla un drama romántico a partir de una compilación de cartas.

En efecto, esta película estrenada el 23 de julio en Netflix despega cuando Ellie encuentra una carta del pasado durante la preparación de uno de sus artículos. La misión en cuestión hace retroceder a los espectadores hasta 1965 para descubrir un amor prohibido, pero verdadero, real e infinito, que merece otra oportunidad. Porque el relato recala en dos enamorados que se quieren a escondidas y que avivan su ilusión a través de misivas. Que la cinta tome cuerpo gracias a estos escritos entre Anthony O’Hare (Callum Turner) y su amante es algo que me ha enternecido especialmente porque yo soy de esas personas que sigue redactando y haciendo estos intercambios de emociones, por lo que me produce mucha nostalgia ese tiempo pasado en el que se escribía un "te quiero" en una hoja y no en un simple mensaje de WhatsApp.

Ahora bien, lo más sorpresivo de todo es que la protagonista del montaje también vivirá su propio romance tras ser ayudada por el archivista Rory, encarnado por Nabhaan Rizwan. En este sentido, considero que el acierto de “La última carta de amor” es que desnuda el alma de todos los personajes aunque sus romances estén ubicados con medio siglo de diferencia en la línea temporal.

En pocas palabras, si buscáis una película romántica con todas las letras  “La última carta de amor” es una correcta elección. Una apuesta imperdible del género romántico por reflejar los amores intensos pero imposibles y también por su final épico. Una cinta intensa y memorable.