Sígueme

Siguenos en Facebook

Sígueme

martes, 8 de junio de 2021

Crítica: obra “Las cosas que faltan”

¿Tú que sabrás? Si no vives dentro de esta jaula

VÍCTOR H. OSPINA - ¿La paternidad debe estar considerado como un derecho o tan solo es un deseo? Bajo esta pregunta se esconde uno de los debates más intensos que se han producido en los últimos años. En la calle, el movimiento feminista es quien más se ha opuesto a la regulación de la gestación subrogada considerando que los derechos de las mujeres quedarían anulados. “Las cosas que faltan” ahonda en la polémica desde la perspectiva de quien no puede tener un hijo de manera natural y las mujeres que ven una fuente de ingresos, poniendo sobre la mesa la moralidad que entraña esta práctica. Martín y Jaime mantienen una relación desde hace años y han tomado la decisión de convertirse en padres. Pero este paso solo marca el inicio de un camino pedregoso y cuesta arriba. El proceso de adopción es caro y lento, también difícil en el caso de parejas homosexuales.

“Las cosas que faltan” traslada a escena un tema tan peliagudo como es la gestación subrogada. Jaime (Alberto Novillo) decide acompañar en el viaje de la paternidad a su novio Martín (Hugo Alejo). En este juego de encajes, Laura (Lucía Esteso) es la pieza fundamental: ha acordado llevar en sus entrañas un bebé sobre el que no va a ejercer ningún derecho. Pero detrás de esta psicóloga se esconde una mujer joven que no ha terminado de superar la muerte de su pareja y que necesita el dinero para salir adelante.

Este debate que plantea la obra, el de la gestación o maternidad subrogada, sigue suscitando una gran controversia a pesar de que la pandemia de coronavirus lo ha relegado a un segundo plano. La Asociación por la Gestación Subrogada en España considera que ser padre es un derecho mientras que los detractores aluden a que los derechos de las mujeres quedarían anulados. Arguyen que no es lo mismo un derecho que un deseo. Actualmente, los vientres de alquiler están prohibidos por lo que muchas parejas recurren a mujeres ucranianas, por citar un país que ha regulado esta práctica.  

Una gestación subrogada que no solo es ilegal. Desde el punto de vista moral es reprochable. Al menos así lo cree Jaime, escritor de profesión. Quiere pausa, un ritmo más lento en este proceso, es un mar lleno de dudas. Le cuesta aceptar que Laura esté dispuesta a dar tal paso sin conocer los verdaderos motivos que la empujan a tomar dicha decisión. Por otro lado, Martín son ojos de huracán y velocidad. Este abogado-camaleón se ha cansado de vivir para él, de darse caprichos y está dispuesto a cumplir el sueño de su vida. No tiene las dudas morales de su pareja.

“Las cosas que faltan”, dirigida por Chos -Ruth Franco-, es una obra de teatro intensa, emocionante. También es una función arriesgada por el debate que suscita y, sin embargo, la puesta en escena y el empeño en la interpretación de los actores acercan al público los miedos, las debilidades y las esperanzas de todas las partes implicadas. Mención especial al impresionante despliegue de emociones que lleva a cabo Alberto Novillo, que interpreta a Jaime.

La obra explora de manera honesta y desde todos los ángulos la gestación subrogada. Por un lado, quienes no pueden ser padres por medios naturales ven colmados sus legítimos deseos de serlo. Por otro, pone en relieve la situación de necesidad que impulsa a las mujeres a alquilar su vientre. Los tres personajes en cuestión se encuentran encerrados en una jaula y el desespero por salir de ella los lleva a no calcular el riesgo de sus decisiones. Laura regresa porque como bien recuerda, a todos los seres humanos nos falta siempre algo para ser completamente felices

“Las cosas que faltan” puede verse los sábados y domingos del mes de junio en la sala Nave 73 de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario