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martes, 23 de julio de 2019

Crónica: Valladolid

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid


PAULA OLVERA-A dos horas de Madrid en coche nos encontramos una de las ciudades, a mi juicio, con más encanto de España. Se trata de Valladolid, situada en el cuadrante noroeste de la península ibérica y perteneciente a la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Su casco antiguo invita a realizar una escapada de un par de días para descubrir su conjunto de museos, plazas e iglesias y, por qué no decirlo, para saborear cada una de sus riquezas gastronómicas que son tan conocidas como su tradicional Concurso Nacional de Pinchos y Tapas "Ciudad de Valladolid". Pero además para los devotos es muy recomendable adentrarse en su Semana Santa, aunque también hay una opción alternativa: buscar la paz en sus parques, en su naturaleza y, por supuesto, en su río Pisuerga, afluente del Duero.

Valladolid tiene todo para atrapar a los turistas, desde su patrimonio hasta su vino de la Ribera del Duero. La visita a esta ciudad puede dar comienzo en Campo Grande. Se trata de un parque público ubicado en pleno centro de la ciudad que cuenta con una pajarera y un palomar, además resulta muy curioso encontrar durante el paseo a pavos reales extendiendo su cola como un abanico. En este espacio maravilloso hay, asimismo, numerosas especies arbóreas y un estanque con una increíble panorámica.




Nada más abandonar el parque nos topamos con el Monumento a Colón que mira de frente al del escritor José Zorrilla y deja a su espalda la estación de Valladolid-Campo Grande. Podemos continuar por tanto la caminata por la Acera de Recoletos, una de las principales vías de la ciudad. De hecho, me alojé muy cerca de aquí, en Sercotel Hotel Felipe IV.

No hay que perderse tampoco la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción que está considerada Bien de Interés Cultural. Se trata de un templo católico diseñado por el arquitecto Juan de Herrera. A unos pasos se ubica la plaza de la Universidad donde se levanta el edificio principal de esta institución que fue construido en el siglo XVIII. En el mismo entorno se localiza asimismo la Iglesia de Santa María “La Antigua”, que fecha del siglo XII, y que tiene la particularidad de estar asentada sobre vestigios romanos.

Muy cerca se encuentra la Plaza Mayor que constituye el principal espacio de encuentro de los vallisoletanos ya que de ella nacen diez calles. Uno de los principales atractivos de Valladolid es el tapeo. Os recomiendo que probéis las recetas españolas en una taberna clásica como es La tasquita y que también consigáis que vuestro paladar se deje llevar en La teja. Este bar, ubicado en la Plaza Martí y Monsó, presenta buen ambiente y comida de calidad como el pulpo thai que es una galleta de verduritas y pulpo con toques de curry, coco y mayonesa Kimchi, o la teja mex, ganadora del IV concurso de hamburguesas gourmet, compuesta por carne picada con piparras, aros de cebolla en tempura y crema de pisto picante.




En Valladolid también merece parada obligatoria el Pisuerga. Este afluente del Duero, que nace en el norte de la provincia de Palencia, baña las riberas de la ciudad y permite que los turistas naveguen en el barco La leyenda del Pisuerga creando magníficos recuerdos.




También me llamó la atención la Casa Museo de Zorrilla donde nació el poeta el 21 de febrero de 1817. Este espacio, que cuenta con muebles originales y fue comprado por el Ayuntamiento de Valladolid en 1918, recoge el ambiente de la época del romanticismo en que se desarrolló la vida del dramaturgo, autor de “Don Juan Tenorio”. A unos metros de este tributo al escritor se ubica el Palacio de Pimentel que fue levantado en el siglo XV. Este espacio, actual sede de la Diputación Provincial, recibe el nombre de su propietario, Bernardino Pimentel, más conocido como marqués de Távara. Si os fijáis hay una ventana esquinada en la fachada muy resaltada ya que ahí nació Felipe II el 21 de mayo de 1527. Además, en este palacio también se alojó en varias ocasiones Carlos V.

Os animo a que aprovechéis cualquier fin de semana o festivo, como fue mi caso, para hacer una escapada rápida a Valladolid, la capital de las tapas por excelencia cuya cocina tradicional no os defraudará. Probad a dar un paseo por la historia y a formar parte de sus múltiples posibilidades de entretenimiento y luego me lo contáis.

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