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domingo, 25 de febrero de 2018

Crítica: obra “Off”

Off, todo aquello que el hombre no puede alcanzar

VÍCTOR H. OSPINA- Dar un paseo por la Gran Vía de Madrid cualquier día entre semana puede ser una de las cosas más apasionantes que se pueden hacer en la capital. Y más si se hace por la noche, cuando las tiendas cierran y el tráfico se reduce. No deja de sorprender si se tiene en cuenta que el carácter cosmopolita de la ciudad atrae a cientos de miles turistas al año. A pesar de que la ciudad se ha ido a descansar, ésta continúa latiendo en su interior. No muy lejos de esta emblemática calle, en la Corredera Baja de San Pablo, se vienen congregando desde hace unos meses un grupo de aficionados al teatro. Todos los martes, a las 22:15 horas, está programada en la sala Lola Membrives (Teatro Lara) “Off”, obra de teatral llevada a escena por el dramaturgo, actor y gestor cultural Marcos Fernández quien ha llevado a las tablas madrileñas la historia de su vida. Bienvenidos.

En las primeras líneas de “El adolescente”, Dostoievski recuerda que hay estar muy prendado muy bajamente de uno mismo para hablar así (en tono autobiográfico) sin avergonzarse. La historia de Fernández da luz a esta pieza teatral. Participa en ella bajo el nombre de Emilio, pero no es el protagonista.

Así pues, cede el testigo a Daniel (Antonio Romero), un profesor que ronda los 40, que no encuentra la manera de transmitirle a sus alumnos y alumnas de secundaria la pasión que él siente por la Literatura y que ha fracasado como actor. En su interior se produce una dicotomía entre el camino a elegir: si la enseñanza o el teatro. Se decanta por la primera opción porque cree que puede obtener la independencia económica. Pero se siente infeliz.

Cuando su pareja Carmen (Mónica Caballero) lo llama desde Londres para que vaya a la audición que le ha organizado con Emilio (Marcos Fernández) pone pegas. Pero termina aceptando, el teatro es su vida. Ella le proporciona fuerza para seguir adelante. A pesar de que Daniel acude a la audición, el éxito no está asegurado.

No es el único tormento al que Daniel tiene que enfrentarse. Carmen es una actriz de cine con cierto éxito, está en Londres rodando una película. Su triunfo la empuja a querer formar una familia. Pero Daniel no lo ve claro. Rechaza la oferta de su pareja, que le ha propuesto pedir ayuda económica a sus padres.

La vida da Daniel va dando saltos de infortunio en infortunio. El poema de “La vida es sueño”, de Calderón de la Barca, tiene una importancia capital en la obra. Es el hilo conductor. Hay alusiones directas hacia el monólogo de Segismundo y un evidente paralelismo entre él y Daniel. Ambos se sienten frustrados y creen que están condenados a una vida miserable. “El delito mayor del hombre es haber nacido” recuerda Daniel en un momento de la obra.

Pero la mala suerte que impide a Daniel alcanzar sus sueños no es la suya. No es fruto de la ignorancia ni de sus errores. Su mala suerte es la nuestra, la de una sociedad entera que no puede independizarse ni formar una familia debido a los trabajos precarios y la falta de estabilidad laboral.

“Off” es lo que se espera del arte, aquella que rompe los moldes, que no cae en la corrección política, que conoce su rol en la sociedad y escoge un papel activo porque pone sobre la mesa los males que han infectado nuestra sociedad. Al mismo tiempo hila de una manera muy inteligente las desventuras de Daniel con el poema de “La vida es sueño”, piedra filosofal en la literatura universal.

Es una obra fresca, dinámica. Bonita y por encima de todo sencilla. Sin grandes adornos. Como una taza de café por la mañana, una flor, una sonrisa… Cosas pequeñas cargadas de significado. No hay un despliegue técnico de otras grandes producciones. El despliegue lo ponen los actores, principalmente Daniel. Soberbia sus capacidades de mutar de  novio a profesor y de ahí a aspirante a actor. Y viceversa. Lo hace sin descanso. Tan rápido como se enciende la bombilla que da paso a la siguiente escena.

Importante también la labor de Clara (Maya Reyes). Gracias a ella, la obra se hace más digerible. Pone la nota humorística y pone color a la realidad gris de Daniel a través de su erotismo. Completa el elenco Charo (María Segalerva). Es la pareja de Clara, que no soporta la pansexualidad, y que interpreta a una de las alumnas de Daniel.  A pesar de la desdicha que Daniel y Segismundo sienten ambos acaban encontrando su camino… La obra está en el Teatro Lara, los martes a las 22:15 horas.

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