Trazando vidas
PAULA OLVERA- Charles Chaplin falleció tal día como hoy, 25 de diciembre, de 1977 en Suiza. A más de uno le vendrá a la memoria “The tramp and the dictator”, un documental basado en dos personajes del siglo XX: el citado Charles Chaplin y Adolf Hitler. A pesar de que, en primera instancia, puedan parecer dos personalidades totalmente opuestas, en este montaje se aprecian varias semejanzas, más allá del hecho físico de tener bigote. Chaplin y Hitler nacieron el mismo año y, curiosamente, en la misma semana: el primero el 16 de abril en el británico barrio de Walworth y el segundo el 20 de abril en Braunau am Inn (Austria). Sin embargo, encaminaron su vida de forma muy diferente, un contraste abismal que marca el contenido de esta producción donde se produce una confrontación entre ambos protagonistas.
El documental “The tramp and the dictator” habla de la vida de Charles Chaplin y Adolf Hitler con sus familias porque se cree que la infancia puede forjar la manera de afrontar el futuro. Se empieza describiendo al primero de ellos desde muy pequeño. Sus padres eran personas muy humildes y, como él años después, también estuvieron relacionados con el mundo del espectáculo. No obstante, el progenitor de Chaplin era alcohólico y murió de cirrosis a los 37 años cuando el cineasta tan sólo tenía 12 años. Sin duda, este suceso marcó la infancia del director británico. En el caso de Hitler, éste nació en el seno de una familia de clase media aunque, al igual que Chaplin, tuvo un trauma parental ya que su padre, Alois Hitler, solía recurrir a la violencia y le azotaba a menudo.
No podemos olvidar que Charles Chaplin adquirió popularidad desde muy joven, tanto es así que al concluir la Primera Guerra Mundial era uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía. Y es que tenía una gran capacidad para emprender nuevos proyectos y, por eso, a lo largo de su vida trabajó en diferentes disciplinas como la de actor, compositor, productor, escritor y director, siendo esta última la más reconocida a nivel mundial.
Adolf Hitler, por su parte, tuvo que afrontar serios problemas económicos en su adolescencia que le llevaron a ganarse la vida en todo tipo de empleos. De ahí que el título del documental pueda resultar ambiguo ya que quién realmente tendría el papel de vagabundo sería Hitler. Su meta era dedicarse a la pintura, aspiraba a ser un artista, y en 1907 viajó a Viena para presentarse a una prueba, pero le rechazaron y se decepcionó mucho. En 1923 Hitler planeó un golpe de Estado, pero resultó fallido y fue encarcelado. Durante su estancia en prisión escribió "Mein Kampf" donde expuso su ideología.
Como bien se explica en el documental, Hitler ascendió al poder durante un período de crisis económica acentuada por las consecuencias de la Gran Depresión de 1929. A esta situación hay que sumarle el descontento y la frustración popular de los alemanes tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. Hitler aprovechó esta decepción para persuadir a las masas y ganarse el apoyo popular reestructurando la industria y reactivando la economía. Así, en el montaje se aprecia cómo ataca el desempleo construyendo carreteras y haciendo pensar a los alemanes que sólo un hombre como él podría sacarles de esa circunstancia.
Volviendo a Chaplin, se le recuerda como un director presumido, orgulloso y, sobre todo, muy perfeccionista durante el rodaje de las películas. Lo que más llama la atención es que, a pesar de que Chaplin y Hitler nacieron en 1889, en los años en que el primero de ellos tenía mucho éxito, el segundo no le mantenía. Esto se aprecia claramente en el documental cuando ambos personajes celebran su cincuenta cumpleaños: mientras Hitler estaba de desfile, Chaplin trabajaba en un nuevo guion.

Precisamente en este documental se hace una mención especial a la película “El gran dictador”, dirigida por Charles Chaplin, en la que éste caricaturiza a Hitler. En la producción, el cineasta emplea total libertad artística. El argumento se sitúa durante la Primera Guerra Mundial y el propio director interpreta dos papeles con personajes muy diferentes entre sí. Por un lado, representa a un barbero que es enviado a un campo de concentración y, por otro, a un dictador que gobierna su país. El momento cumbre de la película, mostrado en el documental, se produce cuando el dictador es confundido con el barbero por su gran parecido físico y es detenido, mientras que el barbero es obligado a dar un discurso sobre la conquista del mundo. Con esta producción, en cierto modo, Chaplin desafió a Hitler, quien tuvo la ocasión de verla y quien, incluso, llegó a reírse dado el gran componente de humor incorporado en la producción. Parece ser que no fue el único que soltó más de una carcajada, todo gracias a un cineasta que supo expresar con imágenes cuando había oscuridad en el mundo. Y es que Chaplin empleó la comedia como el mejor arma para atacar a los regímenes totalitarios.
A pesar de que una de las películas más populares de Chaplin fue “El gran dictador”, este director también dedicó parte de su tiempo a satirizar a otros dictadores. De esta manera, el tirano de la Italia fascista, Benito Mussolini, detestaba al cineasta porque éste le imitaba y atacaba a los citados regímenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario