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martes, 9 de agosto de 2016

Crítica: obra “Los desvaríos del veraneo”

“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”

PAULA OLVERA- Dos familias compiten por tener las mejores vacaciones en pleno escenario del Teatro Infanta Isabel. “Desvaríos del veraneo” se presenta como una función capaz de destapar nuestro gusto por aparentar lo que no tenemos así como lo que no somos. Nueve actores, seis hombres y tres mujeres, se suben a las tablas para interpretar la primera parte de la “Trilogía del veraneo”, un texto fresco y con un toque divertido que sirve para recordar el legado del dramaturgo italiano Carlo Goldoni. Ahora es la compañía “Venecia teatro” la que se encarga, bajo las directrices de José Gómez-Friha, de dar vida a esta historia con la que más de uno se va a sentir identificado. No lo penséis más y venid a pasar una fabulosa noche de verano al teatro. Los clásicos siempre están de moda.


Madrid no tiene playa, no, pero sí grandes funciones teatrales que ayudan a combatir el bochornoso calor de este periodo estival. Lo cierto es que la temporada escénica disminuye durante estas fechas en la capital, pero todavía este plan sigue siendo uno de los preferidos de la gente. Las compañías que desarrollan su actividad durante estos meses no cesan en su labor de arriesgar, teatralmente hablando, de ofrecer piezas divertidas que conviertan el verano en una estación amena e inolvidable.

Una de las obras que cumple estas características se titula “Los desvaríos del veraneo” y se representa en el Teatro Infanta Isabel, uno de los escenarios con más historia de Madrid. Precisamente ya su propia cabecera nos invita a redescubrir el verano, esa estación que casi siempre asociamos con los viajes, la amistad o la familia. La función nos ofrece, sin embargo, la otra cara de la moneda, esa que incluye las desavenencias entre parientes, la envidia o los celos durante las vacaciones.

Se trata de un montaje de Carlo Goldoni, dramaturgo que todavía hoy es considerado como uno de los padres de la comedia italiana por sus valiosas aportaciones a uno de los géneros de esta rama cultural. En cierto modo, el hecho de saber quién es el autor del texto, nos permite trasladamos visualmente y de inmediato a Italia, un increíble país que tanto ha aportado al teatro. Cabe destacar el nacimiento de la Comedia del Arte que siglos atrás ya influyó en otros países europeos cercanos como España, Alemania o Francia. No obstante, José Gómez-Friha es quien ha tenido todo el peso de la obra sobre sus hombros, el que ha sabido versionarla y dirigirla correctamente para hacerla interesante al público potencial.

“Los desvaríos del veraneo” es el tercer espectáculo de la compañía “Venecia teatro”  y ya tuvo su momento de gloria y garantía de carcajadas en otro escenario madrileño, el Teatro Fígaro. El pasado 19 de julio esta comedia se estrenó en el Teatro Infanta Isabel, un viaje por la ciudad que logró pleno en su primera función, con casi todas las butacas ocupadas, lo que manifiesta el interés por el teatro en cualquier estación del año. Cada vez es más habitual, es una forma diferente de vivir el verano y dejarse llevar por el tiempo sin moverse del asiento con la única pretensión de compartir la historia con los compañeros del reparto.

La trama gira en torno a dos familias y sus discrepancias. Se trata de una serie de burgueses que luchan indecorosamente por aparentar lo que no tienen frente a sus vecinos. Un comportamiento que seguro a más de uno le resulta familiar, ya que la pieza plasma a la perfección la envidia, la cual no entiende de siglos ni de clases sociales, sólo de seres humanos. Para escenificar esta actitud se ha precisado un elenco actoral bastante amplio. Alejandro Albarracín, Andrés Requejo, Juanma Navas, Iñigo Asiain, Vicente León, Kevin de la Rosa, Esther Isla, Macarena Sanz y Helena Lanza son los encargados de ponernos en situación. Un total de nueve personajes que harán las delicias de los asistentes. Lo que une principalmente a estas dos familias es su afán por disfrutar de las vacaciones de verano. No obstante, también les une su ambición por ser los que mejor se lo pasan durante este periodo. Tal es su competición que todos son capaces de boicotear los planes de quienes les rodean y de vivir por encima de sus posibilidades.

En la función se otorga especial relevancia a las circunstancias que envuelven la acción y no tanto a la descripción de los personajes. Es cierto que su utilería ayuda a los espectadores a diferenciar los papeles y está muy relacionada con su psicología, pero se echa en falta, quizás, una mayor profundización, máxime cuando los intérpretes permanecen en escena mientras se desarrolla la representación, a pesar de que no sea su turno de palabra. Este hecho puede resultar contraproducente porque, si los asistentes están atentos, notarán ciertas sonrisas de los participantes o guiños entre estos actores que descontextualizan. No obstante, también aporta cierto frescor y cercanía al tema y se deja ver que el teatro es un trabajo de equipo, donde todo lo que se dice o hace sobre el escenario cuenta. En este sentido, la interacción que se produce con los presentes es bienvenida, no hay nada que le guste más a alguien que está sentado en las butacas que sentirse parte activa de la historia. Y en este caso se intenta a través de números que tienen tintes musicales.

Es hora de decidirse. Si os apetece descubrir qué hay detrás de una decena de enredos y qué se esconde entre un montón de maletas que van y vienen sobre las tablas éste es vuestro montaje. Estará en cartel hasta el próximo 18 de septiembre, de martes a domingo.

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