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domingo, 3 de enero de 2016

Artículo: Peppa Pig

Peppa Pig, una más de la familia

PAULA OLVERA- Qué complicado es colarse en el corazón de los más pequeños. Sin embargo, qué fácil lo tienen los personajes de las series de animación más populares. Éstos rápidamente se convierten en auténticos ídolos de masas y, si apuramos, en uno más del hogar. Todo un acierto por parte de los creadores que seguramente no se esperarían tal éxito. Sus seguidores apenas levantan un palmo del suelo, pero la rentabilidad económica que les proporcionan no conoce límites. Actualmente nos encontramos en la era “Peppa Pig”, donde una cerdita rosa de armas tomar causa sensación entre los niños. La simpática protagonista, que da nombre a unos dibujos que cuentan las vivencias de una familia porcina, es sólo una muestra de la cantidad de producciones que han marcado un antes y un después en una generación tierna e inocente.

¿Qué sería de la infancia sin los dibujos? Seguro que hace décadas esta pregunta encontró una respuesta fuera del hogar. Hasta la llegada de la televisión y el desarrollo de las nuevas tecnologías las calles eran los verdaderos escenarios donde se libraba una batalla de diversión en tiempo real. La realidad superaba la ficción y los más pequeños eran los personajes de sus propias vivencias. Ahora los primeros años de desarrollo pasan por el filtro de una caja tonta que parece vibrar de emoción cuando se zapea por los canales dedicados al público infantil.

La mayoría hemos crecido acompañados de unos personajes que, a pesar de no ser de carne y hueso, los sentíamos de nuestra sangre. Y seguro que ahora si reparamos un instante en las nuevas aventuras de animación nos quedaríamos embobamos porque todos seguimos siendo un poco niños. Al menos en nuestro interior. ¿Quién no recuerda aquella serie con aquel dibujo que le abstraía de un mundo del que tenía todo por descubrir? “Peppa Pig” es el último fenómeno televisivo al que, por otro lado, le pueden quedar los días contados porque nuevos y entrañables protagonistas se abren paso en el mundo fantástico. Atrás quedó mi favorito Tinky Winky de los “Teletubbies” o el valiente Tommy Pickles de “Los Rugrats” que parece haber sido sustituido por “Caillou” o tal vez por “Pocoyó”. Aunque ahora lo que se lleva es el estilo de “Dora, la exploradora”, que siempre va acompañada de su amigo Botas. También levanta pasiones “Patrulla Canina” en la que un niño llamado Ryder comparte episodios con intrépidos perros. Sin olvidarme de uno que vive en una piña debajo del mar… ¡”Bob Esponja”!

Pero volvamos a “Peppa Pig”. Tal ha sido el impulso de esta serie que en 2014 se trasladó a los escenarios madrileños bajo el título “Un día con Peppa”. Sus personajes, auspiciados por el éxito cosechado, estuvieron del 20 al 28 de diciembre en el Palacio de Vistalegre compartiendo sus aventuras con los más pequeños. Se trataba de un evento imprescindible para toda la familia en esas fechas tan navideñas. Y es que las funciones se programaron coincidiendo con el inicio de las vacaciones escolares. El espectáculo estaba dirigido a niños de entre dos y cinco años y funcionó muy bien. El 80% de las localidades ya estaban vendidas desde semanas antes del estreno, a pesar de su elevado precio para tratarse de una obra infantil. Y para este diciembre de 2015… más de lo mismo, ¡Peppa ha estado en todos los lados!

Este afán de protagonismo de la cerdita frente a otros seres animados esconde una potente estrategia de marketing y de promoción de la marca. La serie de televisión se ha convertido en todo un negocio más allá del plano audiovisual. Así, ropa infantil, cuentos o juguetes se están convirtiendo en los regalos que más solicitan los pequeños en las cartas dirigidas a sus Majestades de Oriente. Un éxito de merchandising que seguramente jamás pensaron sus creadores Neville Astley y Mark Baker.

A día de hoy no sabemos hasta dónde llegará este fenómeno pero lo cierto es que nos encontramos ante unos dibujos que, a pesar de las polémicas surgidas con el contenido de algunos capítulos, reivindican unos valores que todo niño debe tener que abarcan desde la solidaridad, la amistad y el compañerismo hasta el amor fraternal, teniendo precisamente el hogar de Peppa como principal escenario. Así que ya sabéis, si os rodeáis de pequeños genios en pañales, seguro que os queda poco para sumaros a este negocio que, nos gusté o no, está patrocinado por las sonrisas de los más pequeños de la casa.

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