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sábado, 28 de noviembre de 2015

Crítica: obra “Historia de España en 70 minutos”

Desde Atapuerca hasta nuestros días


PAULA OLVERA - ¿Se puede contar la Historia de un país en apenas algo más de una hora? “Historia de España en 70 minutos” nos demuestra que sí es posible. Se trata de una original obra que repasa la biografía de nuestra nación en un tono humorístico. Dramákina Teatro nos invita a esta función única protagonizada por Carlos Fapresto, Luna Paredes y Javi Rodenas. Los tres intérpretes se meten en la piel de una decena de personajes que hicieron su pequeña gran aportación a la Historia de nuestro país. Esta comedia de Ernesto Filardi estuvo dos años ininterrupidos en el Teatro Arenal y ahora ha vuelto renovada, con ganas de quedarse en la cartelera por una buena temporada. Por el momento, desde el 21 de octubre se encuentra en el escenario del Teatro Muñoz Seca.

Hay espectáculos teatrales que te sorprenden por las interpretaciones y el buen hacer de los actores, otros por su puesta en escena y otros por la extravagancia del guión. Y puede incluso que haya otros que dejen un buen sabor de boca y no sepamos definir bien por qué se ha producido esta sensación de bienestar tras haber disfrutado de una representación única. “Historia de España en 70 minutos” es una mezcla de todas las razones expuestas. Quizás agrade a los espectadores porque no es una de las obras de las que más se habla en la capital, aunque la respuesta del público es más que positiva. Solo hay que detenerse uno segundos a la salida del teatro para escuchar a los afortunados que han presenciado la representación. Y digo afortunados, porque más allá de que acudir al teatro sea un privilegio en los tiempos que corren, más lo es que te estén contando a escasos metros la Historia de un país.

Los miércoles a las seis de la tarde se representa una nueva función de esta obra que se caracteriza por su capacidad de sintetizar en poco más de una hora todo lo acontecido durante siglos. Todo el mundo tiene una idea más o menos parecida de lo que han supuesto determinados acontecimientos para el devenir así como la trascendencia de determinados personajes que marcaron el rumbo de los hechos. Sin embargo, pocos se atreven a configurar a éstos como realmente eran. Este guión es capaz de arriesgar y desdibujar la Historia para acercárnosla de manera más real. Esto hace que pronto los actores consigan congeniar con los espectadores.

El punto fuerte de la función es la versatilidad de estos actores que son capaces de interpretar a más de sesenta personajes. Salen y entran de la escena guiando el trascurso de la trama de una manera muy natural, en la que se entiende en todo momento la piel del personaje que conduce la acción. Desde un griego o un romano, hasta un Borbón, todo ello gracias a su vocalización y sus movimientos corporales. Esto supone una elaborada preparación mental y física en la que se producen numerosos cambios de vestuario. La escenografía, a cargo de Javier Rodenas, también tiene que adaptarse al paso de los años y se produce de forma regular.

Además de la perfecta ejecución de los actores que saben en todo momento el papel que les corresponde, en esta producción de Dramákina Teatro también es muy importante la rigurosidad de lo que se está transmitiendo. Y es que la función combina el humor con la veracidad de lo narrado, que no es ni más ni menos que el repaso de lo vivido tiempo atrás. Se trata por tanto de un viaje por nuestra Historia desde la comedia y la autocrítica.

Llega una etapa, la más actual, en la que se prefiere poner punto y aparte, entre otros motivos porque somos nosotros los que escribiremos el futuro. Sin embargo, se nos transmite la fugacidad del tiempo y la relevancia que siempre ha tenido el pueblo en todos los hechos producidos antaño. Todo lo que dejamos atrás no son más que aportaciones de diferentes civilizaciones que lograron grandes avances por la humanidad que ahora a nosotros nos parecen insignificantes nimieces que parecían venir incluidas en nuestro mundo, tal y como lo concebimos.

El maestro Forges ha sido el encargado de crear el cartel de la función con el tono ácido que le caracteriza. Un diseño que ya invita a adentrarse en tiempos pasados para descubrir de una manera lúdica y para toda la familia qué paso en esas fechas claves de las que todos hemos oído hablar. Quién sabe si la próxima obra que se centre en la Historia sea la que escribamos nosotros con nuestras grandezas y nuestros errores. De momento, disfrutemos con lo experimentado por nuestros antepasados.

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