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jueves, 18 de junio de 2015

Reportaje: Salas teatrales alternativas

 Pequeñas salas, gran teatro


PAULA OLVERA: Desde hace algunos años la proliferación de espacios teatrales independientes ha ido en aumento debido, en parte, a la crisis que se sufre en el ámbito cultural. Estas nuevas propuestas ofrecen otras alternativas más allá de los grandes escenarios. Se trata de tiendas de barrio, antiguos negocios renovados e incluso casas que se convierten en lugares óptimos para crear emociones en el espectador. Únicamente en Madrid existen un elevado número de espacios que luchan por sobrevivir creando arte. Sin embargo, una de ellas, La Casa de la Portera, cierra definitivamente sus puertas el próximo 21 de junio. Con el objetivo de dar más visibilidad a estas formas de teatro, os ofrecemos un repaso por estas salas independientes que cuentan con un encanto especial.

El teatro no entiende de espacio, solo necesita ganas e ilusión para llevar al público a esos mundos mágicos que se representan sobre las tablas. Esto debieron pensar los precursores de este tipo de salas que pretenden ser una alternativa tanto en el precio como en la temática de las obras. Así, algunas se pueden disfrutar por un importe bastante asequible. Al otro lado del telón también resulta más sencillo estrenar una representación en estos lugares, ya que la mayoría conceden más facilidades a aquellos que no cuentan con los medios necesarios para llevar a escena sus expresiones artísticas. Para conocer un poco más este ámbito del panorama madrileño, hemos realizado un recorrido por las salas referentes de la dramática independiente.


Microteatro tiene su origen en el año 2009, cuando más de cincuenta artistas, con Miguel Alcantud a la cabeza, participaron en “Por dinero”. En este proyecto dramático se representaron, durante dos semanas, en un prostíbulo de la madrileña calle de la Ballesta, las historias que, según la imaginación, allí podrían haber ocurrido. El éxito fue tal que se planteó hacerlo de forma estable. El local elegido, de la mano de la Asociación Triball, era una antigua carnicería, ubicada en la calle Loreto y Chicote, que fue completamente remodelada para construir las salas en la parte de abajo y un bar en la zona de entrada. 

El planteamiento de esta forma de teatro es claro, obras de quince minutos representadas de manera ininterrumpida en seis pases. Las salas son reducidas, así como el número de espectadores por sesión y el precio, el cual no supera los cuatro euros. Esto hace que muchas personas acudan a ver más de una obra. Además, aunque en la actualidad no existen bonos, se está estudiando la posibilidad de hacer algo al respecto. Este formato cada vez atrae a un mayor número de público y de actores. De hecho no es raro encontrar declaraciones de intérpretes muy reconocidos del mundo actoral en las que expresan su deseo de participar en una de estas obras. Para la coordinadora de Microteatro, Lucía Setuaín, la razón reside en que “aquí lo que muchos dicen es que es una escuela de verdad. Tienes al público a menos de un metro y notas si gustas o si no gustas”.

Para realizar una obra en este espacio es necesario presentar un proyecto completo, guionizado y con el nombre del equipo, de una representación teatral. En la página web de Microteatro se puede encontrar una pestaña en la que pone “envíanos tu proyecto”, donde cualquiera puede mandar su propuesta. Según nos afirma la coordinadora, llegan unas ciento cincuenta al mes. De éstas, un Comité de selección, compuesto por tres de los veintiún socios con los que cuenta este punto de encuentro dramático, eligen una veintena de montajes que se acabarán representando Así, a partir del momento en que una obra es seleccionada, los responsables tienen un mes para llevar el montaje a escena.

Este espacio no cuenta con subvenciones, ni ayudas, sino que funciona como cualquier negocio, según lo que venden. Así, el precio de las entradas se reparte entre la sala y la compañía teatral de la obra, obteniendo un 70% esta última y Microteatro lo restante. Por ello, el sueldo de los actores no es fijo y varía en función de la taquilla.

Lucía Setuaín también nos explica que, según su percepción, el éxito de los espacios alternativos reside en que “la gente está buscando algo diferente. El ritmo de vida está cambiando mucho y se va con prisas a todas partes. Ofrecer algo que puedes hacer rápido es más fácil ahora mismo. Y también que la gente tiene muchísimas ganas de hacer cosas nuevas, con lo cual, el abanico de posibilidades que tenemos ahora mismo para ver es muy amplio”. Además, añade, “el precio también influye. Es más cómodo venir y pagar cuatro euros”.

Otra de las salas que está aumentando continuamente su número de espectadores es Artespacio PlotPoint. Este espacio, situado en el madrileño barrio de Embajadores, cuenta con una amplia variedad de obras en cartel, que van desde musicales, como “Mi padre, Sabina y yo” que tiene como protagonista principal a José Luis Lozano, hasta representaciones de obras infantiles como “La reina de los colores”. La compañía que da nombre al espacio se fundó en el año 2001, estrenando una media de cuatro obras anuales. Asimismo, además de contar con una interesante propuesta teatral, esta formación también ofrece cursos de interpretación en su escuela.


Para conseguir incorporar una obra en esta sala, los actores, tal como ocurría en Microteatro, ya están pensados cuando se propone el guion. Por norma general, intentan que sean alumnos de su escuela, para ofrecerles más oportunidades laborales. Por ello, no es común que realicen convocatorias multitudinarias, no obstante, en ocasiones hacen castings externos para seleccionar a un actor para un personaje en concreto.

Tal como suele suceder en este tipo de espacios, los actores, una vez más, nos confirman que sienten la cercanía del público. El cariño se respira por toda la sala. Los intérpretes notan cada uno de los movimientos y emociones de los asistentes, por lo que es conveniente mantener el máximo respeto hacia aquellos que realizan su trabajo en directo. Su intención es proporcionar teatro entretenido y de calidad, de ahí que la filosofía de este rincón dramático ya diga mucho de ellos. Y es que quieren trabajar proporcionado alegrías a todas las personas que pasan por cada estancia. Queda claro que el trabajo bien hecho tiene su recompensa. “Cuando ves a un espectador realmente emocionado y dándote las gracias por el rato que ha pasado contigo en el escenario, se te ponen los pelos de punta. ¡Es increíble!” nos destacan desde PlotPoint.

En cuanto a las formas y las posibilidades de promoción que tienen varía respecto a las que puedan tener los grandes teatros. A pesar de ello, intentan darse a conocer por todos los medios posibles. Así, hacen uso de redes sociales, prensa y blogs. Y, sobre todo, del “boca a boca”. Por norma general, sus espectadores suelen recomendarles a sus amigos y conocidos y, además, muchos de ellos vuelven, creando una cierta fidelidad que también es muy importante en los tiempos que corren.

Se tiende a pensar que en las salas alternativas, donde tienen especial cabida las representaciones breves, no se produce la interacción con los espectadores. En PlotPoint nos afirman lo contrario: “Intentamos interactuar con ellos desde que entran hasta que salen. Además, después de las funciones de nuestra compañía, compartimos una copa de cava con los asistentes donde nos cuentan sus pensamientos sobre la obra y sus emociones”. Nos parece realmente importante que se produzca este feedback que antaño solía faltar en las representaciones convencionales en donde los actores permanecían alejados e inaccesibles al público.

Resulta muy interesante comentar que determinados guiones que se han representado en este espacio alternativo han traspasado fronteras ya que algunas de sus obras se han estrenado en ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile, Caracas o Montevideo. “El modo natural es que nuestra página es visitada por muchas personas. Varias de nuestras obras están en cartel desde hace más de cinco o seis años. Creemos que esto habla por si solo de la calidad del espectáculo, pero a la vez es un reclamo para productores y compañías que buscan materiales con buenas perspectivas”, nos explican  desde la escuela de teatro.

En uno de los barrios más castizos de la capital también nos encontramos con una oferta escénica muy exitosa. Se trata de La Casa de la Portera que está ubicada junto a la clásica portería de un antiguo edificio. Su variada programación integra artistas de una trayectoria consolidada con talentos más emergentes. Cada función se representa únicamente para 25 personas por lo que hay que reservar con antelación. Desafortunadamente, esta casa cerrará sus puertas a finales de temporada, concretamente bajará el símbólico telón el próximo 21 de junio.

Su legado continuará en La Pensión de las Pulgas, situada en la famosa calle Huertas. Este espacio surgió gracias al éxito de La Casa de la Portera. Los fundadores de estas salas, Alberto Puraenvidia y José Martret creyeron que era necesario ampliar su proyecto. La afluencia de gente les ha dado la razón y se ha convertido en todo un reto interpretativo para jóvenes promesas de las artes escénicas.

Estas modernas salas cada vez cuentan con más adeptos. El Off de La Latina es un ejemplo de ello. Situado a unos metros del Teatro La Latina, aunque no tiene relación directa con éste, ofrece obras para todas las edades y gustos, con un precio más asequible que en el teatro tradicional. La finalidad de este espacio es contribuir al imparable proceso de transformación cultural que está viviendo el barrio de La Latina. El Off de La Latina cuenta con dos salas diferenciadas donde se representan distintas obras.

Lo mismo sucede con el Off del Lara, aunque en este caso está situado dentro del propio Teatro Lara, en un espacio más reducido. Sin embargo, su tamaño no influye en la calidad de las obras, ya que por aquí han pasado grandes montajes como “El disco de cristal” o “Novecento: El pianista del océano”. De hecho, algunas de las producciones que han comenzado en este espacio, posteriormente han pasado a la sala principal con gran éxito, un buen ejemplo de ello es “La Llamada”.

Además de las salas comentadas existen muchas otras en la capital, como La Trastienda, la sala Tú, la sala Azarte, el Espacio Labruc, La Casa del Príncipe, Cuarta Pared, la Sala Nada, El burdel a escena, el Teatro del Barrio o el Teatro del Arte. Los sitios mencionados no son más que una pequeña muestra de todo el teatro poco convencional que se refugia en Madrid y que lucha por sobrevivir. La cultura cambia y las artes escénicas se están adaptando a las tendencias que poco a poco se están haciendo un hueco a nivel nacional. Muchas ciudades españolas ya se han sumado a esta nueva, aunque tradicional, forma de hacer teatro.

Sin embargo, esta tendencia no resulta extraña, ya que el teatro en la calle es una realidad desde hace ya varios años. De hecho, muchos de los grandes actores han comenzado en este gran escenario sin telón ni tablas, donde la improvisación y la sorpresa son una parte fundamental del atrezzo. Ahora la diferencia reside en que se trata de un lugar acotado, pero el espíritu se mantiene intacto.

Tras este repaso por el excepcional panorama teatral independiente se puede comprobar cómo los ciudadanos no limitan sus oportunidades a la hora de acudir a pasar un buen rato disfrutando de una de las mejores formas artísticas: el teatro. Salas alternativas o convencionales, lo cierto es que la población sigue invirtiendo en cultura. Y es que como bien nos aseguran desde una de las salas “a dos metros de ti se representa una historia de la que eres espectador privilegiado”.

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