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miércoles, 11 de marzo de 2015

Crítica: obra “El Eunuco”

Juego de enredos

AURORA SALVO AMORES- El Teatro La Latina de Madrid acoge hasta el próximo día 22 de marzo, “El Eunuco”. Se trata de una función con tintes de vodevil repleta de situaciones disparatadas. Una nueva versión del clásico de Terencio que se ha adaptado al lenguaje actual para acercar a los espectadores esta historia de amor, venganza y música. La trama gira en torno a una prostituta de la antigua Grecia, cuyo amor se disputan un militar maduro y un joven sin mucho dinero. A partir de este planteamiento todo es posible en Atenas. Un elenco de nueve actores, algunos muy reconocidos por el gran público, protagonizan esta obra que se estrenó en verano con gran éxito en el Teatro romano de Mérida. Aquellos que quieran disfrutar de casi dos horas de risas ininterrumpidas, aún están a tiempo de ver esta representación.

El Teatro Clásico se encuentra muy vivo. “El Eunuco” es un gran ejemplo de ello. Desde su estreno en el ciclo de Teatro Clásico de Mérida esta representación ha sido un gran éxito. El Teatro La Latina se llena de miércoles a domingo para disfrutar de una comedia que no entiende de épocas. En esta nueva versión escrita por Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez, se hace una interpretación libre de la tradicional historia de Terencio. En ella, se incorporan fragmentos de otros textos del mismo periodo temporal, así como otras licencias inventadas que se permiten los autores. Sin embargo, cada sílaba de la función está armonizada con el resto del texto. No hay una nota disidente. La trama de la obra está muy bien hilada y consigue mantener la atención de los espectadores sin que puedan apartar la vista del escenario.

La palabra eunuco hace referencia a un varón al que se ha castrado con el objetivo de privarle de su virilidad, en algunas civilizaciones éste se encargaba de cuidar a las mujeres del harén de familias acomodadas. Terencio, un autor de comedias de la época romana, escribió esta pieza dramática durante la república de esta civilización de la Antigüedad Clásica en el año 161 a.c. Sin embargo, a lo largo de la Historia, este texto ha sido adaptado por diversos autores como La Fontaine o Alonso de Santos. Su calidad es indiscutible y su recorrido a lo largo de los siglos habla por sí solo. A pesar de que en esta adaptación no se mantienen todos los personajes, ni algunos rasgos de la trama original, las aportaciones hacen que el público se sienta más cerca de los personajes. El lenguaje es muy actual y fácilmente comprensible para todo tipo de asistentes. Además, en ciertos momentos, los personajes interactúan con los espectadores, lo que hace que se metan aún más en la representación.

Alejo Sauras, Anabel Alonso, Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Marta Fernández, Jorge Calvo, Jordi Vidal, María Ordóñez y Eduardo Mayo son los encargados de llevar a escena este desternillante texto. La actuación de cada uno de ellos es impecable, cantan, bailan y se mueven por el escenario como si hubiesen nacido en él. Las interpretaciones de estos actores llenan el teatro gracias a su calidad y a su fuerza dramática. Su talento llega a cada una de las butacas en forma de disfrute teatral.

La escenografía es escasa, pero suficiente. Un gran cubo en ocasiones tiene un papel fundamental y la propia historia hace que sea un personaje más. Una metáfora de la vida misma que tiene numerosas caras, casi tantas como situaciones y equívocos. Además, hay que resaltar que los protagonistas portan un micrófono con el objetivo de que nadie se pierda ni una coma de la función. La visibilidad es buena desde cualquier punto del teatro, sin embargo, hay momentos en los que es conveniente estar en el patio de butacas para apreciar cada uno de los gestos que los actores realizan fuera del escenario.

“El Eunuco” estará en el cartel del Teatro La Latina hasta el próximo 22 de marzo, tres días después dará paso a otro clásico, “Pluto”. Hasta entonces, se puede disfrutar en la capital de esta representación que brinda grandes momentos en los que los asistentes no podrán parar de reír, cantar y bailar. El positivismo es un protagonista más y el público se verá contagiado por él, sin anestesia y sin que pueda evitarlo. Las entradas están muy solicitadas, pero no se debe perder la oportunidad de vivir este espectáculo que atraviesa los límites del escenario para colarse en el corazón de los espectadores. 

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