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sábado, 5 de abril de 2014

Entrevista: Santi Marín

 “De toda crisis, hay un punto de salida

creativa que está muy bien”

AURORA SALVO AMORES- Santi Marín es un actor vallisoletano que actualmente está trabajando en la serie de Cuatro "Ciega a citas", según ha desvelado él mismo en su Twitter. Anteriormente ha colaborado en series como “Cuéntame cómo pasó” o “Desaparecida”. Además, ha hecho teatro a las órdenes de directores como Claudio Tolcachir  o Lautaro Perotti. Se trata de un artista que ha cruzado nuestras fronteras, estuvo trabajando durante nueve meses en Argentina donde grabó una película independiente de Santiago Giralt, "Anagramas". Asimismo en este país se nutrió acudiendo a más de un centenar de montajes dramáticos. A este intérprete le gustan los retos y le atraen los personajes alejados de su personalidad, aunque a todos les aporta una característica distintiva de su actuación. 

Quedamos con Santi una soleada tarde en “La Pensión de la Pulgas” donde estaba trabajando en la obra “Breve ejercicio para sobrevivir”. Sin embargo, nos encontramos con él de camino al lugar acordado en la madrileña calle Huertas. En dicha función, el público se encontraba muy cerca, lo que hace, para bien o para mal, que se note todo lo que ocurre alrededor. El actor se mostró en todo momento muy cercano y atento con nosotras haciendo que la charla fuera muy cómoda y distendida. Nos dio la oportunidad de conocerle un poco mejor, así como a nuestros lectores a través de esta entrevista.

P: A la hora de recibir un papel, ¿hasta qué punto haces tuyo el personaje?

R: Es una de las premisas yo creo fundamentales, intentar que sea lo más tuyo posible. Siempre intento trabajar, cuando tengo un personaje que es muy alejado, traerlo hacia mí. Y cuando ya lo tengo traído hacia mí, que mi imaginario vuele hacia el mundo de ese personaje. Indiscutiblemente, siempre que empiezas a leer un texto tu imaginación empieza a volar y empiezas a ver qué características tiene este personaje, pero siempre intento cuando actúo que si no me sale como verdadero, intento como ir a eso, a lo verdadero para luego ya dar otro paso a si es otra característica diferente a la mía o si es muy alejado a mí...

P: Lo visualizas primero…

R: Sí, y bueno siempre también hay que trabajar con el director, hay que ver lo que él quiere. En este caso (“Breve ejercicio para sobrevivir”), es un tartamudo en esta función y entonces claro es algo muy alejado a mí, era trabajar sobre todo igual que trabajas un acento cuando es otro idioma, en este caso era un problema añadido en el habla y entonces había que trabajar mucho ese atasque y cuando te atascas de esa forma surgen otras cosas, características de la personalidad de ese personaje. Entonces, bueno, buscando, buscando, pero siempre intentando que salga lo más orgánico posible y más verdadero.

P: ¿Te has basado alguna vez en otros personajes ya creados por otros actores para crear uno propio?

R: Sí, siempre (risas). Me considero muy “copión”. No, bueno, no “copión”, pero sí que cuando veo un personaje, veo las cualidades que puede tener, me imagino qué puede ser y empiezo a ver, ¿qué películas hay? ¿Puede haber estos personajes? Me pasaba con el tartamudo, decía, ¿qué personajes hay? Hay un personaje en “Alguien voló sobre el nido del cuco” que es tartamudo, hay un personaje en “El discurso del Rey” y luego investigué mucho por Youtube personas que realmente tienen ese problema y entonces les examiné, les copié exhaustivamente y analicé, claro. Porque sí, siempre que hay actores, por ejemplo que han hecho papeles increíbles siempre intentas ponértelos como de ejemplo. No copiarlos porque evidentemente es otro cuerpo, es otra voz, otro todo, pero cuando hay un material muy bueno hay que rescatar cosas y hay que copiarlas. Yo estoy a favor de la copia (risas).

P: ¿Cuánto tardas en prepararte un personaje? Suponemos que dependerá un poco del personaje…

R: Sí, depende, depende. En “tele” suele ser más rápido. En teatro afortunadamente tenemos como más tiempo para ensayar, profundizar e investigar y estás con el director durante dos meses de laboratorio para luego enseñar algo. En “tele”, a veces me han dado papeles o personajes que el mismo día de rodaje, llegaba, se hacía una lectura de mesa, se hablaba un poco de lo que quería el director y ¡a grabar! Es lo que tiene la “tele” que es como inmediato, y el cine, como la inmediatez. El teatro siempre hay una cosa como de haber trabajado mucho y haber hecho una partitura entera del personaje que esa partitura cuando haces en “tele” o cine te la tienes que hacer mucho en casa, tienes que traerlo muy preparado antes del rodaje o la grabación para que no se te escape nada del personaje y no flaquee y digas “esto no me suena bien, no suena orgánico, no suena natural”. Entonces, hay que buscar siempre o yo siempre intento buscar por la verdad.



P: Interpretaste a Rubén en “Desaparecida” y te convertías en el principal sospechoso de la desaparición de la joven. ¿Cómo recuerdas estos rodajes?

R: Maravilloso. Fue la primera cosa que hice… Había hecho capitulares, pero nunca había hecho una serie entera y fue una oportunidad y un regalazo la verdad ese personaje, porque era muy bonito. Os voy a contar que yo no supe si era culpable o inocente hasta el octavo capítulo, porque no nos lo querían decir, solo lo sabía muy poca gente quién era realmente. Entonces teníamos que jugar siempre como con la inocencia y apostar que éramos inocentes que yo no había matado a Patricia (risas). Que realmente luego fue así, pero creo que es más interesante luego si juegas realmente con la verdad y luego no es, es una sorpresa tanto para el espectador como para el actor. Y es como interesante eso. Y trabajar con esos actores, como (Carlos) Hipólito, como Luisa (Martín), como (Miguel Ángel) Solá y con gente joven maravillosa como Marina Salas. Fue un regalazo realmente, porque estaba grabado con factura de cine, los capítulos que te llegaban estaban muy bien dialogados y la verdad es que fue un regalo. Fue muy bonito.

P: Has hablado antes que te habías basado en “El discurso del Rey” y en “Alguien voló sobre el nido del cuco” para tu tartamudez en “Breve ejercicio para sobrevivir”…

R: Sobre todo en la mujer real, que es una enfermera que a Lautaro, al director, le volvió loco y dijo “quiero que hagas algo así”. Luego vi todas esas películas, pero sobre todo me basé en esa mujer.

P: Personalmente, se me ocurre, ¿te pusiste delante de un espejo a practicarlo? ¿O algunas palabras clave que sí que las alargues más?

R: No, intento buscar. En cada función me engancho en una palabra diferente, no quiero mecanizarlo mucho. Sí, yo ensayé mucho, no tanto delante del espejo…Sí, que me grababa con grabadora y alomejor me ponía una cámara lejos y luego lo veía, pero que no quería estar pendiente de que había una cámara, como un espejo que tienes que estar pendiente de verte, la dejaba ahí grabar y luego de repente revisaba cosas, pero no me suele gustar. Hay veces que sí ayuda verse, pero no siempre ayuda, hay que tener cuidado.

P: En esta obra el público se encuentra muy cerca, ¿cómo se consigue ese punto de intimidad con el público?

R: Es duro eh… Da mucho susto al principio, los primeros días hablábamos Bárbara (Lennie) y yo que cuando estaba el público alrededor, a un metro, era como… ¡Me quiero ir! ¡Taxi! ¡Adiós! Porque da susto. Pero luego nos dimos cuenta que el susto es igual para vosotros que para nosotros y entonces ahí empezamos a disfrutarlo más. Hay algo muy bonito en la cercanía, porque notas absolutamente todo, para bien o para mal, notas todo. Si alguien se mueve, si está incómodo, lo notas. Si alguien tose, lo escuchas. Si va bien, es genial, y si el público no está contigo, también lo notas mucho más que en la sala italiana.

P: ¿Y qué prefieres?

R: Bueno…A mí esto me pone (risas).

P: ¿Cuál crees que es la técnica para sobrevivir en estos tiempos?

R: Inventar sitios como éste (refiriéndose a “La Pensión de las Pulgas”), por ejemplo, yo creo. Inventarse trabajar, inventar con quién quieres trabajar. Hoy vengo de rodar un corto con amigos, con Hugo (Silva), con Asier (Etxeandia)… No sé lo que saldrá de aquí, pero bueno, nos juntamos, a ver qué pasa. Hay que inventarse estas cosas, hay que inventarse estos teatros, por ejemplo, hay que inventarse estas obras. Nosotros no teníamos ninguna subvención ni nada, tampoco hay mucha producción, porque no es nada de producción, son dos actores solamente, pero creo que es necesario esta cercanía, quitar el artificio, quitar producción. Para actuar solo hace falta el actor y el público. Y ya está. Son ganas. Evidentemente, todo ayudaría mucho más, subvenciones, si no nos pusieran zancadillas con el IVA y todas esas cosas. Pero bueno, de todas las crisis se sale y espero que se salga de esta también.

P: Has trabajado en diversas series de televisión, también en obras de teatro y en un cortometraje, “Jacobo" de David del Águila, ¿en qué medio te sientes más cómodo?

R: Me gustan mucho los tres, la verdad. Cine no he hecho tanto, he hecho una “peli” independiente, en Argentina hice un corto que ha estado bastante premiado, pero cine no he hecho mucho. Sobre todo, he hecho “tele” y sobre todo teatro. El teatro me encanta, pero mucho (risas). El cine y la “tele” también me gustan, la inmediatez, es muy divertido y gratificante. Si sale es muy bonito, porque ya está grabado, aquí (en el teatro) hay veces que sale y lo vieron 36 personas.

P: Solo va a quedar en la memoria

R: Eso también es muy bonito. Hay gente que lo vio, hay gente que no y los que lo vieron se lo quedaron para ellos. Que eso está bien.

P: Además de la interpretación, ¿desarrollas alguna otra faceta artística?

R: La verdad que creo que esto es lo que mejor se me da (risas). No. Música tocaba la flauta dulce y he hecho danza, pero en la escuela. Quiero dirigir, pero mucho más adelante, me da mucho respeto. Sobre todo actuar.

P: En tu Twitter pones entre Madrid y Buenos Aires, ¿cómo se encuentra el panorama cultural en Argentina?

R: Mucho mejor que aquí. Las salas alternativas allí no tienen IVA, por ejemplo. Hay teatro absolutamente en cada rincón, a lo mejor en un fin de semana hay 900 obras de teatro. Y la gente va al teatro, sobre todo. Hay mucha demanda. También es muy grande, creo que está pasando un poco ahora lo que pasó allí en el 2001, con la crisis del 2001, que hubo un momento de explosión donde la gente empezó a expresarse, el “corralito”. Empezaron a abrirse estas salas de teatro alternativo. Buenos Aires ya era una ciudad cultural importante, pero se consolidó como una ciudad muy importante, donde se hacía mucho teatro, donde los actores son muy buenos, donde la gente genera muchos proyectos. Si tú escribes, el otro dirige y yo soy actor, nos juntamos y a ver qué sale. Creo que eso está pasando ahora y es muy bonito, pero estaría bien que también estuviera un poco apoyado por el Gobierno. Pero creo que de toda crisis, hay un punto de salida creativa que está muy bien. Es lo que está pasando en sitios como éste, “La Casa de la Portera”, “La Trastienda”,  “Microteatroetc. Así que adelante.

P: ¿Cómo ha sido trabajar con la compañía de teatro argentina Timbre 4?

R: Me han tratado como parte de la familia, la verdad. He estado trabajando allí en una obra de Claudio (Tolcachir) que se llama “Jamón del diablo”, que es un cabaret que hicieron hace diez años cuando inauguraron Timbre y ahora la han repuesto en un teatro más grande, porque empezó como en un teatro pequeño y ahora Timbre creció mucho y ahora tienen un teatro de 300 butacas, muchas salas para ensayar…

P: Cambiando un poco de tema, habíamos leído que te gusta cocinar…

R: Sí, sí. Sabéis mucho de mí (risas). Hago una cheesecake de maracuyá muy buena. Sí, cocino, pero vamos como cualquier persona un poco.

P: ¿No tienes ningún hobbie extraño?

No. Hacía esgrima antes. Pero ya no. Voy a correr a El Retiro, voy al gimnasio...

P: ¿Qué pregunta no te ha hecho nunca un periodista y te gustaría que te hicieran?

R: Uh, no lo he pensado eso. Me han preguntado cosas muy extrañas eh… No sé, si nos encontramos otra vez, preguntadme si soy feliz que eso es lo más importante (risas).

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