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lunes, 28 de octubre de 2013

Entrevista: Antonio J. Molina, responsable del Centro de Formación Proyecto Hombre

"Se trata de adecuar el día a día a la realidad de cada persona"


AURORA SALVO AMORES- La Asociación Proyecto Hombre se encarga de proporcionar un tratamiento adecuado a personas drogodependientes o que tengan problemas con algún tipo de adicción. El primer centro surgió en Madrid en 1984 con el fin de ayudar a luchar contra una de las drogas más dañinas, la heroína. Esta labor ha ido evolucionando durante estos años hasta intentar ofrecer una respuesta a las adicciones en general. Así, se intentan adaptar los programas y dispositivos a la situación de cada persona a través de la investigación. Al mismo tiempo, también tratan de ayudar al entorno más cercano (familiares, amigos…) de aquellos que intentan superar el problema. Lo importante no es la sustancia, sino la persona. 


Algunas personas comienzan a consumir drogas, porque no creen que sean capaces de afrontar algunos retos de la vida diaria que pueden traer consigo ansiedad e inseguridad. Por lo que aprecian en el consumo de sustancias una forma de cambiar estos estados de ánimo. Así, las investigaciones en este ámbito han llegado a la conclusión de que existe una relación entre las emociones y las adicciones. Por ello, se intenta desde estos programas realizar un fuerte trabajo emocional, ya que se parte de la premisa de que cualquier persona tiene la capacidad de cambiar, de forma beneficiosa, la situación que está viviendo. Este control de las emociones significa dar una respuesta apropiada a éstas, en ningún caso, se pretende reprimir estos sentimientos. Para ello, se intenta trabajar, entre otras cosas, en el marco de la autorregulación, el control de la ira o el desarrollo de la empatía. 

La investigadora Nora Volkow , directora del NIDA (Programa Internacional del Instituto Nacional sobre el abuso de Drogas), ha fomentado el estudio de las adicciones desde el ámbito de la neuropsicología, probando que “las características clínicas de las adicciones están sustentadas en las alteraciones persistentes del funcionamiento cerebral”. Este estudio está muy relacionado con la Teoría del Marcador Somático, que consiste en la relación entre la adicción a sustancias  y una activación anormal de los estados emocionales. Esta búsqueda del bienestar, aunque sea ficticio por estar apoyado en sustancias, puede ser producto de la sociedad en la que vivimos, donde se intenta buscar la felicidad a toda costa. Dicha felicidad puede significar en realidad, según la Revista de la Asociación Proyecto Hombre, una búsqueda de la estabilidad que ya adelantó Huxley en “Un mundo feliz”. 

Uno de los pilares más importantes de este proyecto son los voluntarios.  Están repartidos por toda la geografía española más de 2.400 personas que han decidido colaborar en esta causa. Según la memoria anual de esta asociación, estos ciudadanos suponen, en el trabajo diario, un modelo de referencia normalizado para las personas tratadas, además de una práctica de la escucha activa como manera terapéutica de relacionarse.

Acudimos al Centro de Formación de Proyecto Hombre que se encuentra en Aravaca, en Madrid, donde pudimos hablar con Antonio J. Molina, terapeuta y Responsable de este centro. Este tipo de sedes pretende ser un observatorio sobre el actual problema de drogodependencias en España con el objetivo de adaptar los nuevos programas a esta realidad, así como mejorar la calidad de los centros, servicios y programas. La sociedad no se puede quedar al margen de este proyecto, por lo que se pretende crear una retroalimentación con el exterior para que ésta se conciencie de uno de los problemas más graves. 

Además, se intentan abordar nuevas realidades en el campo de la drogodependencia, ya que se encuentra en constante cambio. Para ello, esta asociación también va evolucionando en sus tratamientos, intentando que cada uno de ellos se adapte a las necesidades de los diferentes tipos de perfil. Respecto a esto, A. Molina nos explicó que ellos trabajan con cuatro tipos de perfil de consumo: el Alcohol, la Cocaína, el Policonsumo y la Heroína, y el Cannabis. Según el Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil del drogodependiente, el consumo de alcohol ha aumentado en los últimos años, siendo la sustancia más consumida, esto se debe, en parte, a que es más barato y no está tan sancionado socialmente.

Otro dato que se debe destacar es que solo un 9% de las personas tratadas son mujeres, por lo que existe un “gran problema de accesibilidad” para este sector de la sociedad que muchas veces se ve limitado por cargas y problemas familiares, llegando incluso a recurrir a las sustancias de forma “oculta”, por lo que resulta más complicado que acudan a pedir ayuda. La edad media para iniciar el consumo de sustancias es de 19,8 años, sin embargo, según los estudios tardan 14 años en solicitar un tratamiento. Como dice el Presidente de la Asociación Proyecto Hombre, Luis Manuel Flórez García, “detrás de los fríos datos hay personas, seres humanos, que un día equivocaron su camino, pero que junto a su familia, han sido capaces de emprender un nuevo rumbo”.

Como nos dice este terapeuta los recortes de los últimos años también les han afectado notablemente, ya que su función se ha visto limitada y ciertos tratamientos y estudios no se están desarrollando de la forma que les gustaría. Esto puede hacer que su función se vea mermada en los próximos años, ya que surgen nuevas realidades que no pueden ser investigadas adecuadamente. Así cabe preguntarse, ¿de verdad se recorta para mejorar a largo plazo? ¿O es solo una forma de segmentar aún más la sociedad abusando de las injusticias sociales?

A continuación, vamos a conocer un poco mejor la labor de esta asociación que se encarga de un problema que afecta a una parte importante de la sociedad. Este mal suele traer consigo muchos prejuicios acerca de los perfiles de los adictos, sobre todo de los drogodependientes, sin embargo, este problema se extiende por todos los sectores de la sociedad, aunque a veces se crea que es propio de entornos marginales. Se trata de una grave enfermedad muy latente que no se suele tratar como se debe. La sociedad no puede mirar hacia otro lado en este asunto. Normalmente, se difunden en los medios de comunicación cifras o imágenes acerca de esta situación, pero no suelen ir más allá, no intentan concienciar de un mal muy grave, sino que, en cierto modo, alimentan esos prejuicios mostrando la mayor parte de las veces a drogodependientes marginales. No hay que engañarse, todas las esferas de la sociedad se ven influenciadas por ello, lo que pasa es que resulta más cómodo acudir a la imagen de aquellos que no son socialmente aceptados que mostrar la otra cara de la droga, en la que muchos adictos son personas con una buena posición en la sociedad. Todos los casos deberían tener voz e intentar ser ayudados por profesionales. 

La visibilidad que se le suele dar a este problema es escasa y los recursos son limitados, pero si toda la sociedad tuviera una conciencia clara y humanizada de este mal no se caería en el error de la costumbre. Es decir, puede que seamos conscientes de que existe, pero nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya no nos impacta, lo percibimos como algo “normal” en nuestra pasiva sociedad. Detrás de cada problema de adicción hay personas, familias y amigos que sufren impotentes de no poder o saber luchar contra ello. Lo peor es que la gente indiferente se da cuenta, sin intentar hacer nada, como ocurre con otros tantos males que nos atañen. Lo que no saben es que así están alimentando otro grave problema de la sociedad actual: la pasividad y la deshumanización.




P: ¿Cómo comenzaste a trabajar en Proyecto Hombre?

R: De formación original soy psicólogo. Me ofrecieron ir 15 días a ver cómo funcionaba el Centro de Proyecto Hombre en Sevilla, un centro estupendo en el barrio de Triana que lo dirige Francisco Herrera del Pollo. Me quedé totalmente alucinado, yo tenía un concepto y un estereotipo distinto acerca de lo que es un centro de tratamiento de adicciones y de cuál es el enfoque de tratamiento de éstas y me quedé totalmente enamorado. Primero me ofrecieron 15 días, después me ofrecieron una semana más, después estar un año completo de formación. He estado 12 años y 2 años que llevo aquí en Madrid. Empecé por 15 días y la verdad es que se han hecho un poco larguitos. 

P: ¿Con qué instalaciones cuenta el centro?

R: Esta casa, sobre todo, es la casa del Centro de Formación, entonces con lo que cuenta es: con el aula de formación, con todos los despachos de Administración, gestión de proyectos, informática, dirección general, comunicación y con las habitaciones que habéis visto aquí arriba y esta sala de juntas para las personas que vienen aquí a dormir sobre todo para el centro de formación, tiene también arriba un comedor. Pero los centros de Proyecto Hombre dependen de cada zona geográfica, hay que tener en cuenta que hay 26 programas de Proyecto Hombre distribuidos por toda España que son más de 200 centros, entonces cada uno de ellos tiene unos dispositivos y unos recursos adecuados a las necesidades, porque si tiene un tratamiento ambulatorio, tiene un tratamiento ambulatorio homologado como cualquier tipo de tratamiento ambulatorio. Depende en función de los recursos, ya que son 200 centros los que tiene Proyecto Hombre por toda España, se atiende a 20.000 personas más o menos todos los años, más las familias. Luego hay casi 80.000 personas atendidas en programas de prevención que se hacen en las escuelas, que aunque tenga un despacho en un centro de Proyecto Hombre eso se desplaza sobre todo a escuelas para poder llevarlo a cabo. Hablamos de que la capacidad de recursos y dispositivos es muy amplia y muy diversa. Depende en función del área geográfica, por ejemplo hay centros como Sevilla o Madrid o Baleares o como Galicia que son enormes y espectaculares. 

P: ¿Has encontrado algún caso en que la persona se haya reinsertado en la sociedad y posteriormente haya trabajado con vosotros?

R: Sí, muchos. Pero no sólo por haberse reinsertado y rehabilitado. Cada persona tiene que hacer su tratamiento y hay que completarlo.. Y después se tienen que alejar del programa. Tiene que haber un momento de autonomía. Y después aquellas personas que por formación, por capacidades, por conocimiento… puedan trabajar en el centro, una vez que tengan su camino hecho, podemos volver a encontrarnos. Pero no sólo por ser drogodependiente. Por haber sido adicto tú no sabes de adicciones, por haber sido adicto tú conoces una parte de las adicciones, pero necesitas una formación completa en adicciones. De hecho, a pesar de que tengan formación y certificados, nosotros aquí les damos más formación. Se trata de habilitarte y capacitarte para que tengas claro dónde y cómo vas a trabajar. Se trata de haber hecho el programa y tener esa capacidad. En un momento determinado por mucho que nos conozcamos, si la persona no está habilitada o capacitada hay que ser honrado y decirle “mira, este no es tu trabajo”. Hay personas que no saben trabajar con otras. En muchas ocasiones en las facultades y  los colegios profesionales es difícil plantearse estos temas, pero cuando tenemos una cierta responsabilidad de cómo vamos a tratar a otras personas y más en el caso de personas con problemas de adicciones que están muy sensibles, que son personas muy necesitadas de seguridad, que lo están pasando muy mal, que no es una solución sencilla la que se ofrece, hay que ser muy cuidadoso con aquellas personas que van a trabajar y con aquellas personas que van a dedicar parte de su vida y de su tiempo a ayudar a otras. Esa parte me toca a mí en la formación y yo les explico a los terapeutas la filosofía Spiderman. Cuando Spiderman dijo al final que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, aunque a algunos les parezca una tontería ser terapeuta y trabajar con personas conlleva una gran responsabilidad. Y esto hay que explicarlo claramente en las facultades de psicología, de trabajo social, de medicina… Si hemos decidido trabajar con personas, tenemos esa responsabilidad. 

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